Capítulo 29

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Especial

DELIA.

Mis nervios estan a flor de piel, en el momento en que Dylan abre la puerta de su auto para mi, los latidos de mi corazón resuenan en mis oidos, más aun cuando me ayuda a bajar y coloca su mano en mi cintura;  nos encontramos en el estacionamiento del edificio en el que vive Dylan, el viaje lo hicimos en el más absoluto silencio, él tenía tomada mi mano y en repetidas ocaciones dejaba besos en el dorso de esta, pero no dijimos nada y francamente estoy agradecida, porque estos momentos me dan la oportunidad de tranquilizarme y poner en orden las palabras que voy a decirle, también de paso los latidos de mi corazón y evitar que me de un infarto. 

Sabia que nos dirigiamos a su departamento, hace un momento cuando nos encontrabamos en la habitación de Katy; Dylan me tomo entre sus brazos y me susurro que debiamos hablar, cuando asenti, me dijo que iriamos a nuestro departamento... ¡SI, ÉL LO LLAMO NUESTRO! No negare que escuchar esa palabras me llenaron de alegria, amor y ternura; pero al mismo tiempo verguenza y miedo ya que la primera y última vez que estuve en ese departamento al que Dylan llama "NUESTRO" yo lo avandone despues que él me confeso su amor.

Pero trato de apartar esos pensamientos de mi cabeza mientras nos encaminamos al ascensor; él toma nuevamente mi mano, desde que salimos de casa de Katy solamente la suelta si es completamente necesario necesario y por instanes muy pequeños, además por la presión que ejerce parece que tiene miedo que me escape y se aferra a ella con el fin de evitarlo, es tan lindo.

Una vez que llegamos a su piso, ingresa el código de seguridad en la puerta y haciendose a un lado me deja pasar primero, lentamente, casi como de puntillas ingreso y al hacerlo imagenes de lo que paso acá la noche que hicimos el amor llegan a mi mente como pequeños flash, pero son interrumpidos por el sonido de la puerta cuando Dylan la cierra. Y si antes logre calmar un poco los latidos de mi corazón, en este momento son como el sonido de un martillo en mis oidos, siento que se me corta la respiración y no puedo evitar llevar mi mano a mi boca y morder mis uñas... lo se es un mal habito, mamá lo odia, pero siempre que estoy nerviosa, como lo estoy ahora mismo, no lo puedo evitarlo. 

Siento como poco a poco los paso de Dylan se acercan a mi hasta dejar mi espalda pegada a su pecho y él rodrea sus manos entorno a mi cintura, yo instintivamente dejo mis uñas en paz y coloco mis manos sobre las suyas que descansan sobre mi vientre y por unos minutos nos quedamos así abrazados; mientras él reposando su cabeza en mi hombro, ya que se ha inclinado un poco hasta quedar en esa posición.

Estando solos él y yo en esta pequeña esfera de paz y armonia; de alguna manera se siente  como si nuestos cuerpos hubiesemos sido creados para encanjar uno con el otro. Como si estps día que fueron un martirio para mi, no hubiesen existido nunca.

-Quieres tomar algo?- Dylan me susurra esa pregunta al oido- O prefieres comer algo... puedo pedir lo que tú quieras- Ofrece mientras se separa lentemente de mi y en el momento que lo hace quiero pedirle que vuelva a rodearme con sus brazos, porque no quiero tomar nada, ni comer nada y que lo unico que necesito es estar entre sus brazos.  Pero por alguna razón no encuentro ni el valor para volverme, para enfrentarlo cara a cara y menos a un de decirle algo- o si lo prefieres podríamos ir nosotros a por algo de comer... la verdad es que no soy muy bueno en la cocina, por eso trato de no tener muchas cosas en el refrigerador, que puedan dañarse y en estos días... pues la verdad es que no me he preocupado mucho por la comida que digamos.

Esas palabras me llegan al corazón y tomando una bocara de aire, me vuelvo lentamente para observarlo mejor mientras suelto lentamente en aire de mis pulmones. Lo estudio detenidamente percatandome que no es solamente la forma en la que va vestido lo que me sorprende es decir lleva vaqueros y una camiseta blanca, en lugar de los trajes que siempre lo hacen ver sexi y elegante; su cabello esta alborotado, en lugar de colocado meticulosamente a los lados y las visibles sombras purpura bajo sus ojos signos de cansancio hacen que sus precioso ojos grices parescan un pozo de tristeza.

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