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Bajo la luz de mil estrellas fue el día cuando ella lo conoció. Montado en un corcel negro uno de los mejores guerreros de la nación, entraba al palacio usando una simple capa bordada con el logo del ejército.
Tragó duro sintiendo una escalofrío recorrerle el cuerpo al verlo bajar del caballo, su capa se movía con el viento y sus ojos se cruzaron mientras se acercaba al emperador y a la emperatriz.
—Mis señores —se arrodilló frente a ellos.
Yizhuo había oído hablar de aquel joven guerrero que había llevado a la victoria al ejército entero con su excelente liderazgo; una máquina de matar que no dudaba en usar su espada para proteger a los suyos, guiado ciegamente por sus propias convicciones. Al ser el más fuerte, se esperaba que no siguiera las órdenes de sus superiores, pero no era así, aquel guerrero cuyo nombre era Jaemin, seguía las órdenes al pie de la letra
La princesa mordió su labio con ansiedad cuando sus ojos se cruzaron nuevamente.
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La tensión de ambos, era algo que no se podía ocultar y por más que trataban de disipar ese sentimiento, no podían, la mayoría del tiempo en el que Jaemin permanecía en ese palacio, estaba tras la princesa por órdenes del emperador. Solo había dos temporadas del año que los visitaba por cortesía de los emperadores, una a inicios de primavera y otras a finales del otoño.
Ese año era una calurosa primavera, había varia tensión con algunos rebeldes en la frontera que amenazaban con tomar el reino por lo que esa vez Jaemin fue a discutir cuestiones de guerra junto a otros altos rangos militares y el emperador junto a su consejo.
Yizhuo, quien usaba su mejor hanfu con el único fin de llamar la atención del guerrero, pero este cruzó sin ni siquiera mirarla.
La mirada de desilusión se hizo presente en sus preciosos ojos que incluso su doncella pudo percatarse de eso
—Mi princesa
—Ni siquiera me notó —susurró con cierta desilusión
—Llevaba prisa mi princesa, esa reunión es muy importante para todos —trató de justificar la reacción del guerrero. La chica solo pudo ocultar un par de lágrimas derramarse, sabía que no tenía oportunidad alguna cuando se trataba de él.
