Esta antología incluye la historia ganadora y las finalistas de nuestro CONCURSO FIESTAS FANTÁSTICAS.
El desafío y las reglas contenidas en él fueron la creación de un equipo de Embajadores y de ninguna manera estaba afiliado a Wattpad o a su person...
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En el reino de Vassilis no se celebra la navidad, pues este festejo solo existe en el planeta Tierra, lo más cercano a esa celebración es La noche blanca, donde cada 24 de diciembre se celebra la vida y las familias se reúnen, cantan y bailan canciones referentes a ese día, cenan juntos y amanecen gozando. Pero se celebra únicamente en los reinos del Norte.
Sin embargo, para un grupo de amigos provenientes de la tierra, el que sea un día ordinario para el reino no significa que no puedan celebrar su fecha favorita.
La noche cada vez se volvía más helada y una tormenta de nieve amenazaba con caer en cualquier momento.
Atravesar el bosque en esas condiciones no era nada fácil, aunque fueran a caballo. Ninguno estaba seguro de llegar a su destino debido a que el viento era cada vez más feroz y helado, impidiéndoles avanzar más aprisa.
Un faro apareció de la nada en medio de la oscuridad, no muy lejos de donde estaban, luego otro un par de metros más atrás alentándolos. Se miraron entre sí sin entender lo que ocurría, pero su vista se dirigió a la gran cabaña que apareció unos metros más atrás cubierta por gran cantidad de luces de colores.
Los cuatro amigos se volvieron a mirar aún más confundidos. A pesar de tener varios años viviendo en un mundo lleno de magia y de criaturas fantásticas aún no se acostumbraban del todo.
Los cuerpos, aunque estaban cubiertos por gran cantidad de ropa para abrigarse, no resistirían mucho más en el frío bosque y su destino aún estaba lejos.
Pequeños copos de nieve comenzaron a caer de forma suave, pero cada segundo aumentaban su ritmo convirtiéndose pronto en una tormenta de nieve.
Sin pensarlo más, se dirigieron a la cabaña siguiendo el camino de faros que los llevaba a la entrada. No querían que los caballos murieran congelados así que los entraron en la casa con ellos.
Todo se encontraba en penumbras y algo más frío de lo que esperaban, estaban extrañados y con la idea de volver a salir y retomar el camino, pero en distintos lugares de la casa comenzaron a aparecer esferas de luces amarillas y blanquecinas de distintos tamaños iluminándolo todo y subiendo la temperatura notablemente.
Los cuatro amigos se alegraron y ataron a los caballos en una barandilla de madera fija a la pared. Avanzaron a la siguiente habitación donde un gran banquete los esperaba sobre una mesa a la derecha del salón y de frente una hermosa chimenea con un abrasador fuego que les brindaba calor.
Se quitaron los abrigos y los colgaron en el perchero para poder pasearse por la casa y ver todo lo que en ella había.
La casa era mucho más grande de lo que aparentaba y les parecía tan elegante como solo un castillo podía ser, con pisos de mármol, paredes de piedra fina y largos ventanales con cortinas lujosas.
Aunque la situación les parecía extraña se sentían en confianza, cómodos en aquella construcción tan divinamente decorada.
Una canción proveniente de las paredes comenzó a sonar, una que ellos conocían a la perfección haciéndolos sentir en su tierra natal.
Todo allí era fascinante y mágico, habiendo chispas mágicas por donde se mirase.
Uno de ellos, algo pensativo, comenzó a relatarles una historia que había escuchado en el reino que le recordaba lo que sucedía.
La historia hablaba de una casa que merodeaba por el bosque sin ser vista por nadie, esta casa solo aparecía ante las personas que la necesitaban y se equipaba con todo lo que les hiciera falta, de un simple lugar para pasar la noche hasta realizar un deseo que anhelaban sus corazones.
La chica sonrió pensando que la casa los había visto y había decidido darles lo que tanto querían esa noche: una navidad como las que celebraban en su hogar.
Más tranquilos con aquella historia comenzaron a degustar el banquete, luego bailaron y cantaron hasta el amanecer entre risas y anécdotas, juegos y abrazos.
La casa los había llevado de vuelta a su hogar, le había dado un cálido lugar para pasar la noche juntos y recordar bellos momentos mientras creaban otros que llevarían por siempre en sus corazones.
