Capítulo 36

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¿Cuál es la pauta que nos hace cambiar?

¿Son los años? ¿Es por que maduramos? O tal vez ¿son los goles de la vida?

Si bien es cierto que una persona no puede ser la misma persona que fue hace dos años atrás, pero ¿Qué es aquello que nos hace cambiar? ¿Por qué no podemos seguir conservando esa inocencia?

¿Es por qué la gente se aprovecharía de eso?

Comenzaba a ser irritante el ver a Mikage dar vueltas por toda la habitación sin decir nada, si pensaba regañarme ¿Por qué no lo hacía ya?

-Mikage...

-Estoy decepcionado de ti Tomoe – negó con la cabeza -Pensé haber sido muy claro que no podías usar tu fuego contra Mizuki.

‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑ Flash back ‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑

El santuario era una tumba, nadie hacia ruido y menos decía nada, la señorita Yonomori había desaparecido del plano terrenal para irse al plano ancestral.

Onikiri y Kotetsu fueron los encargados de acompañar a Mikage a la ceremonia de despedida, claro aun no era bien visto que un demonio como yo fuera el guardián de un dios de la categoría de Mikage.

El cielo estaba nublado dejando ver unas gotas de lluvia, sabia que Mikage y la señorita Yonomori eran cercanos, pero jamás había entendido que clase de relación llevaban o que los unía. Me asomé a la puerta del santuario cruzándome de brazos, desde el día que me convertí en el guardián de Mikage muchas cosas habían cambiado, no volví a ver a Akura hecho el cual me inquietaba más.

-Este no es buen momento para preocuparme por Akura y sus tontas amenazas – solté un suspiro.

No volví a saber de Yuki ji y la verdad es que no hice un mínimo esfuerzo por averiguar de su paradero ¿con que finalidad? Ella había visto como poco todos mis sacrificios.

-Maestro Tomoe – escuche la voz ansiosa de Onikiri.

-Onikiri, Kotetsu – los llame sorprendido - ¿Dónde está Mikage? ¿paso algo malo? – los vi preocupado.

Claro, maldito lazo divido, de un momento a otro la seguridad de Mikage se había convertido en mi prioridad.

-Maestro Tomoe, el amo Mikage nos mando para decirle que prepare una habitación extra – Kotetsu me vio.

- ¿Una habitación extra? – los vi confundido.

-Si – asintieron al unisonó.

¿Qué planeas Mikage? Suspire caminando al interior del santuario acatando lo antes dicho por ellos. El santuario era demasiado grande contando con mucho espacio para recibir visitas lo cual casi no sucedía ¿Por qué ahora me pedía preparar una habitación?

La noche cayo sin saber aun de Mikage, Kotetsu y Onikiri se sentaron en la mesa de la sala jugando ajedrez viéndolos tan tranquilos, tal vez yo exageraba y Mikage estaba bien. Sali del santuario sentándome en la entrada viendo el camino fijamente, el cielo se deseó un poco dejando de llover, pero el manto de la noche se encargo de hacer ver una niebla un tanto espesa viendo a lo lejos dos siluetas acercándose al santuario.

Me puse de pie viendo acercarse a las siluetas, en efecto toda mi preocupación había sido en vano, Mikage estaba bien. A lo lejos logre visualizar su silueta con su acostumbrado sombrero al lado de...

El ángel de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora