Capítulo 48

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Que difícil es decir adiós cuando en realidad deseas quedarte...

El "adiós" es un acto de los más difíciles de expresar, decir adiós significa alejarte de ese alguien o de ese sitio que tanto te ha hecho feliz. Decir adiós es parte de la vida y no sirve para avanzar como personas, pero... ¿Qué pasa cuando ese adiós y más necesario que con ganas?

Si bien es cierto las relaciones humanas son demasiado complicadas... en ellas interactuamos compartiendo sentimientos, momentos y emocione con otra persona llenándonos de emoción y felicidad, amamos y soñamos con un futuro juntos y eso e valido después de todo de ello se trata el amor; hay quien asegura que el amor le pone alas hasta a un puerco.

Decir adiós, ese difícil momento donde no sabes si continuar allí o no, tal vez por temor a lastimar a la persona, temor a la ¿soledad? O por temor de que te juzguen de egoísta. Es verdad que decir adiós no es fácil, pero es de valientes aceptar cuando algo no marcha bien y es mejor alejarse, aunque sientas que se te desgarra toda el alma...

Desperté al escuchar un ruido, la noche cayo luciendo todo con su manto negro.

¿Dónde estoy? Gire la mirada viendo todo alrededor convertido en una vieja choza, la luz de las estrellas entraba ligeramente por los orificios de techo, el suelo de madera con un metate donde reposa mi cuerpo.

-Vaya lugar tan mundano para alguien como yo – refunfuñe molesto.

A un costado mío vi algo moverse, genial ¿ahora las ratas hacen su aparición? giré la mirada encontrando mi vieja túnica arrugada ¿Qué diablos? Un ligero dolor en el brazo me invadió siendo imposible moverlo, ok algo no anda bien aquí. Tómela túnica con mi mano libre retirándola encontrándome con el cuerpo de una chica.

¿Una chica? ¿Qué hago yo al lado de una chica humana? Su cabeza permanece recargada en mi brazo viéndola dormir tan plácidamente escuchando un ligero zumbido salir de sus labios, vaya majestuosidad verla dormir, es tan linda...

-Yukiji – sonreí viéndola -claro ahora mi vida es a tu lado – recorrí mi dedo por su cara viendo como arrugo un poco os ojos.

¿Cómo termine enamorándome de una humana? No lo sé, lo cierto es que todos los momentos a su lado son únicos. Todo comenzó en una misión suicida al querer huir de su padre y ahora estamos os do comprometidos en un sentimiento.

Hay quien asegura que un demonio no puede enamorarse de una humana y es verdad por eso pronto buscare a ese charlatán de Mikage para que me ayude con ese tema.

Mi Yukiji...

Un ligero quejido salió de su boca abriendo poco a poco los ojos fijando su penetrante mirada en mi acelerándoseme el corazón por completo, quien diría que puedes mar a alguien con tan solo una mirada.

-Tomoe – sonrió viéndome.

-Hola – sonreí acercándome a besar ligeramente sus labios.

-Hola – correspondió a mi beso poniendo su mano en mi mejilla - ¿Qué haces despierto tan temprano? – pregunto tallándose un ojo - ¡¿Ya amaneció?! ¿se nos hizo tarde? – se incorporó exaltada.

-No, aun es de noche – dije divertido.

- ¿Entonces? ¿Qué ocurre? – me vio confundida.

-No es nada es solo que... – lleve la mirada fuera de la cabaña

- ¿Es solo qué? – ladeo un poco su cabeza.

-No es nada – negué con la cabeza -Sigo cuestionándome ¿Cómo es que me enamoré como tonto de ti? – sonreí viéndola.

Un ligero color carmesí invadió las mejillas de Yukiji bajando la mirada tímida, como adoro cuando pasa esto, me recuerda lo frágil y delicada que es y lo mucho que siempre la protegeré...

El ángel de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora