Capitulo 2

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3 meses habían pasado desde la noche que compartieron los dos muchachos en el poblado Orni. Con todos los sentimientos aclarados entre los dos, con mucho pesar, el espadachín había vuelto al Castillo de Hyrule para seguir con sus deberes con la princesa, prometiéndole al arquero volver a sus alas nuevamente en sus próximas vacaciones. Dándole un último abrazo de despedida, se marchó.

Pero volviendo al presente, Link estaba en el Rancho Orni registrando a su Caballo, para después apresurarse al primer puente de madera de la aldea, con la emoción corriendo por sus venas. Él sabía que tenía una sonrisa tan tonta en su rostro que era imposible de quitar, por fin vería a Revali y si alguien se atrevía a arruinar el momento no tendría problemas en usar el hermoso arco de golondrina mejorado que su amado le había regalado en su última estancia en el lugar, y que presumía con orgullo en su espalda.

Por otro lado, el orni ya sabía que Link vendría a la aldea por la última carta que este último le dedicó. Así que lo espero su llegada en el primer puente hacia la aldea.

Las cartas habían hecho que el tiempo alejados fuera más soportable.

En estas cartas Revali explicó que el patriarca de los orni no lo dejaba salir de la región de Hebra, por órdenes del Rey de Hyrule, ya que debía entrenar en Vah Medoh.

A pesar de que la distancia duela, ambos entienden sus compromisos y los respetan. Pero diablos, si tan solo no los tuvieran ya podrían hasta empezar una vida viviendo juntos, despertando a su lado para que lo primero que vea sea una hermosa bola de cabellos rubios y después darse un amoroso abrazo, demostrándole a Link siempre estarán juntos, no importa que...

Aunque las cosas sean difíciles, siguen adelante.

Mientras Link atravesaba el primer puente de la aldea Orni, ahí lo vio, nunca podría olvidar sus hermosas plumas azules y blancas que adornaban su cuerpo y que brillaban bajo el sol del mediodía. Su único instinto fue correr a abrazarlo con todas sus fuerzas, expresándole el amor que no pudo darle físicamente estos meses.

Revali no estaba en una situación diferente, al ver al espadachín solo pudo ir hacia el rodearlo con sus alas. Estuvieron en silencio unos segundos, ya que en ese momento las palabras no eran necesarias.

-No sabes cuánto que te extrañe, tonto- dijo el hyliano con una sonrisa irrompible, separando su cabeza del cuello del otro para poder mirarlo a los ojos.

-Lo mismo digo, pequeñín-el tono en que Revali lo dijo hizo que algo dentro de Link se derritiera.

-Solo eres un año mayor que yo

-Calla.

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-¿Estás diciendo que la princesa te hizo comer una sucia rana del suelo para sus desquiciados experimentos, y tú aceptaste?-Dijo Revali asqueado.

Después de todo el tiempo separados debían ponerse al día con todo.

Se encontraban en la casa de Revali en la aldea Orni, sentados, conversando sobre todo lo que se perdieron y disfrutando de la compañía del otro.

-Se supone que era para mejorar mis capacidades físicas, pero resulto ser que debían cocinarse-No puedo evitar soltar una risa nerviosa. Todavía recuerda la mirada avergonzada y arrepentida de Zelda después de que él haya vomitado.

-Es la cosa más asquerosa que he escuchado en mi vida-Respondió asqueado, haciendo sus típicos gestos con sus alas-Deberías tener más cuidado, Hyrule te necesita, y sin que la princesa haya despertado sus poderes, eres mi... nuestra única esperanza.

Link pudo sentir que las palabras de Revali salían con profundidad, no eran palabras sencillas que cualquier otro diría. No pudo evitar mirar hacia otro lado sonriendo debido a la preocupación del otro. Volteo su cabeza hacia él cuando le volvió a hablar.

Te volveré a abrazar algún día - RevalinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora