El comienzo de todo.

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Hace dos años, yo estaba estudiando algo por complacer a mi padre. 

Sin quererlo, esa fue una etapa muy satisfactoria en la que conocí a nuevas personas e hice amistades invaluables; también aprendí demasiado y me ayudó a crecer en lo profesional, aunque... no lo he terminado y... no he tenido oportunidad de demostrar mis conocimientos. 

En fin... quedémonos en la parte de amistades invaluables. Tres a cuatro personas se quedaron grabadas en mi corazón, sin embargo, dentro de ellas, una se llevó todo. Pero... ya les estoy arruinando el resto de la obra, así que sigamos. 

En esos momentos yo estaba embrutecido en mi burbuja y ella... (sí es una chica) me parece también. Su nombre es Angélica. Y sí, es tan angelical como su nombre.
(Sí, chiste horrible. No se vayan, por favor :c)

Al inicio, no pasaba de mirarla y decir "Oh, una chica linda". Pero... yo soy uno de esos chicos extremadamente tímidos, así que... el iniciar una plática no estaba en mis pensamientos, de por sí, solo iba a estudiar (o eso se suponía).  Cuando ella hablaba en clases o comentaba, de inmediato se hacía notar que tenía un intelecto impresionante y eso llamó aún más mi atención.

A mis 2X años, yo jamás había iniciado una conversación, menos con el afán de querer saber más sobre alguna persona, ni con el valor del alcohol encima. Pero conforme pasaban los días y la miraba, me daba cuenta de que podría haber algo de química, quizá una buena amistad (recordemos que estaba embobado en ese momento) y decidí que si había una oportunidad o un tema, buscaría romper con mi "costumbre". 

Yo sé un poco de japonés, y un día noté que tenía una libreta que decía "小さな怪物" (chiisana kaibutsu) que quiere decir "pequeño monstruo", pero no encontraba la manera de acercármele ni de hablarle. De hecho, en el momento en que por fin creí tener controlado mi miedo a hablar, pasó algo gracioso. 

Era un viernes y era el final de una primera clase. Vi que tenía la libreta fuera y yo estaba sentado en la fila a su derecha, dos lugares atrás.  Pensé "es ahora" y me aventuré a decir "Qué bonita libreta. ¿Sabes japonés?".  En ese preciso momento, se levantó sin decir nada y fue a hablar con una amiga, no pude ni terminar la frase. 

Imagino que debí haber hablado increíblemente bajo, pero fue hasta cómico. Me quedé con la mano extendida y diciendo "japo...". Luego la bajé, algo decepcionado y dije "well, shit", me levanté y me fui a casa.  

Pasó el tiempo y no tuvimos muchas oportunidades de hablar. No obstante, yo seguía mi vida a mi manera, hasta que poco a poco entablamos contacto por cosas muy diferentes, como que ambos fuimos merecedores de una beca. 

De hecho... hablamos gracias a que nos tocó estar juntos en la primer asesoría al respecto. Poco a poco, junto con otro amigo llamado "Benja" entablamos confianza, de ahí, digamos que subió a nivel 2 el corazón, como en algunos videojuegos. 

Angélica tenía una pareja en ese entonces, no recuerdo bien si era alguien con quien ya había compartido vida antes de esa manera o no, pero se veía contenta. Casi no tocábamos esos temas (o eso creo), pero cuando se hacía, generalmente era porque nos pedíamos consejos o contábamos ciertos problemas que habían. 

Pasó el tiempo y en algún momento, la química se empezó a notar. Hubo un momento en que terminamos solos en la biblioteca, hablando de series y viendo una que era de sus favoritas, esta serie tenía escenas para adultos y generó cierta tensión, la cual tuvimos que controlar ambos esperando que no se diera cuenta el otro de lo que pasaba dentro de nosotros. 

Inolvidable momento. Sin embargo, todo tuvo un giro una noche en específico...

No todo es perfecto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora