Y así, llegó de una manera poco "NORMAL"...

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Durante un tiempo, mientras divagaba, empecé a hablar con Benja. Y sin pensarlo, de mí salió decirle lo siguiente: 

"¿Sabes? Si hubiera alguien a quien quisiera entregar mi corazón, sería a Angélica. Siento que ella puede cuidarlo y ponerlo en un pedestal, como se merece. Tengo miedo de ser lastimado de nuevo, pero... me asusta esto. ¿Qué tal si no le gusto?" 

En ese momento me dijo que no me preocupara, que él creía que había oportunidad. Y de una manera bastante "irregular", se volvió nuestro cupido al marcarle y decirle justamente si yo tendría chance con ella. Ella respondió que sí y yo grité como fangirl en su concierto favorito. 

Empecé a hablar con Angélica poco a poco, cada vez más, hasta que terminó convirtiéndose en algo natural entre los dos. 

Recuerdo haberle enviado grabaciones de canciones que yo tocaba en piano durante algunas clases que tomé y también viene a mi mente que tuvimos una "primera cita" algo desastrosa. 

Le comenté, con muchos nervios, que fuéramos a comer al centro de la ciudad, a una especie de "centro otaku" donde vendían takoyaki; unas bolitas de masa rellenas de pulpo que son una comida callejera muy popular en algunas ciudades de Japón. Ella aceptó, pero desgraciadamente el lugar y la comida no fueron mucho de su agrado. Posteriormente la llevé a otro sitio a comer tacos y afortunadamente le encantaron. 

En ese instante, sin quererlo, hice algo que la molestó y fue verla todo embobado por lo linda que se veía. Cambió un poco su actitud y lo noté. Los nervios me comieron y terminamos caminando de nuevo, para luego sentarnos y hablar un rato. La dejé en su casa y... de regreso sentí de inmediato ese cambio de una manera más profunda. 

Le hablé de inmediato a Benja diciendo que yo era un estúpido y que había desperdiciado mi única oportunidad, que lo había arruinado todo. El intentó calmarme y al final lo logró, pero no del todo. 

Pasó un día, o varios, no recuerdo bien. Pero aún con esa sensación en mi mente, en un día de piano, durante la mañana, sonó mi teléfono. Era ella. No lograba entenderlo, pensé que me odiaba por la primer cita, pero de una manera muy normal me invitó a ir con ella a un festival de música electrónica debido a que le habían regalado un boleto extra.

Yo no tenía nada de dinero, así que no estaba seguro de poder ir y se lo hice saber. Me dijo que no era problema y que lo pensara, le respondí que le devolvería la llamada en 10 minutos. En ese instante, miles de pensamientos rondaron mi cabeza y estuve a punto de decir que no, pero... era una oportunidad para redimirme, para estar con ella. Mi mente se puso en blanco.

Entonces... salí corriendo a pedirle prestado dinero a mi papá aunque fuera solo para transportes, le regresé la llamada a Angélica y acepté. Todo mi día cambió, pero ha sido mi mejor decisión.

Nos encontramos a la hora pactada luego de mi clase, conseguimos un taxi y llegamos justo a tiempo antes de que la taquilla cerrase. Entramos, buscamos lugar y solo disfrutamos de los conciertos que nos ofreció el festival y durante el día ella me compartió de su comida, su bebida e incluso me invitó un par de cosas. 

Se veía preciosa; se había arreglado más que de costumbre y se notaba. Entre nubes de colores, música y buena compañía, existieron momentos de cercanía pero... no tuve el valor suficiente para poder besarla, pero sí abrazarla. Después, llegó la noche. 

La acompañé hasta la puerta de su casa, donde conocí a su mamá brevemente. Regresé a casa y en el camino le hablé y conté a Benja de cómo la había podido abrazar y cómo con eso me sentía satisfecho (y al mismo tiempo no) de haberlo logrado. 

Poco después de eso, tuvimos otra pequeña cita, en la que fui a su casa. Ahí jugamos juegos de mesa y comí con ella y su mamá. Al final del día, como presintiendo que no habría más oportunidades, la besé en la oscuridad del pasillo de entrada a su casa. 

Fue un beso corto, "de piquito", al cual respondió. Después de eso me fui a casa feliz de la vida, contando a Benja lo ocurrido también y diciendo a Angélica lo bonito que había sido. Esa noche dormí con una sonrisa en el rostro.

No obstante, poco después de eso... llegó una pandemia a nivel global. Por lo cual, tuvimos que recluirnos en casa. Y yo, derivado de ciertos malos hábitos, tuve problemas de salud por unos cuantos meses.

No todo es perfecto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora