-¿Todavía la amas, Jennie? -Se preguntó para ella misma. Dió un suspiro y sintió cómo su corazón se rompía en miles de pedazos.
"Sí. Nunca dejé de hacerlo." "Voy amarla toda la vida."
Una sonrisa melancólica apareció en su rostro por la siguiente pregunta.
"¿Había algo que amaban hacer juntas?"
Sí, si lo había.
Jennie dejó su teléfono a un lado y se levantó en busca de esos recuerdos que su psicóloga le había dicho que no recordara.
Abrió su clóset y hasta el fondo había una cajita de madera. La tomó entre sus manos y se la llevó hasta la cama. La colocó entre sus piernas y abrió aquella cajita de madera donde contenía algunas de las fotos que tenía con la tailandesa.
-¡Alto! No te muevas. -Exclamó la morena al ver un fondo perfecto para su novia.- Lisa, te amo. -Al decir aquella palabra que a Lisa le hacía sonreír como idiota, Jennie tomó la foto capturando la sonrisa de enamorada de la tailandesa.- Perfecta
Lisa mostró sus dientes delanteros en una sonrisa que Jennie tanto amaba.
Llevaban toda la tarde haciéndose fotos la una a la otra.
La modelo favorita de Jennie, era la tailandesa y la de Lisa, era la coreana.
Lisa había fotografiado a su novia junto a un campo lleno de girasoles, sus flores favoritas.
Lisa amaba ver la sonrisa en su Jennie, y Jennie amaba escuchar la risa de su Lisa.
En seguida, Lisa acomodó su cámara en una roca y activó el temporizador. Lisa corrió hasta donde estaba Jennie y unió sus labios contra los de la coreana en un tierno beso.
Jennie se quedó por más de 5 minutos viendo fijamente aquella foto, su corazón empezaba a latir como si fuera la primera vez. Jennie tenía muchas ganas de decirle cuánto le amaba, pero lamentablemente, Lisa ya no estaba con ella.
"Fotografía, éramos el retrato favorito de la otra"
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