Epílogo.

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—¡Nini, Nini! ¡Tienes que despertar!

Era Lisa quien estaba en la orilla de la cama moviendo lado a lado a su novia con mucha delicadeza. Dejó de moverle por unos segundos para poder admirar la belleza de la coreana. Lisa dejó escapar una risita de enamorada cuando Jennie soltó un quejido acompañado de su ceño fruncido dejándole ver muy vulnerable.

Jennie se veía tan pequeña, tan delicada, tan chiquita y Lisa solo quería cuidarle para siempre pero el destino le jugó una mala jugada.

Ver a su novia dormida de esa manera, ver como soltaba pequeños suspiros y como tenía sus puños cerrados, le hacía no querer despertarle para que siguiera durmiendo para que descansara en paz pero llegarían tarde a su cita.

Jennie abrió con mucho cuidado los ojos y se encontró a una Lisa viéndole con una sonrisa tierna. Quiso hacerse la dormida un rato más y así fue.

—Nini, mi amor. -Llamó Lisa tomando su cara con sus manos con mucho cuidado y dejando caricias en ella.- Es hora de despertar, Nini.

La coreana dejó escapar una risita y eso le indicó a Lisa que le estaba escuchando así que decidió seguirle el juego.

—Si no despiertas, tendré que darle los besos que te quiero dar a Leo y cancelar nuestra cita. -Respondió la tailandesa negando lentamente y Jennie de inmediato abrió los ojos.

—¡No! Dámelos a mí, mi amor. Ya estoy despierta. -Respondió la coreana sentándose en la cama con un puchero en sus labios.

Lisa dejó escapar una sonrisa y se acercó a ella para besarle pero luego se alejó un poco avergonzada.

—Lo siento, aliento mañanero.

Jennie frunció el ceño.

—¿Y quién dijo que me molestaba? Bésame, Lili.

La coreana abrazó el cuello de la tailandesa para poder darle un pico pero Lisa se negó.

—Mi aliento huele como la mierda, no te quiero dar asco, amor.

Jennie gruñó ante esto pero no le importó. Se lanzó a Lisa para besar esos labios que tanto amaba.

Se quedaron así por un buen rato, dándose unas cuantas sesiones de besos, y, una que otra mordida que Jennie le daba a Lisa y viceversa hasta que la alarma del teléfono de Lisa sonó.

—Nini, cámbiate para irnos. Este será el mejor día de tu vida.

—Todos los días que tú estás conmigo son los mejores, Lili. -Respondió la coreana separándose de su novia.

Lisa se sentó en la cama que compartía con la morena esperando a que se vistiera para que pudieran salir a donde le tenía preparado salir. Tomó su teléfono y colocó un poco de Taeyeon. Había estado semanas y semanas escuchando la discografía de la Idol y se seguía enamorando más de su voz.

Después de media hora, Jennie se acercó a ella sentándose a su lado.

—¿Qué hace, cariño? -Preguntó a la tailandesa.

—Veía la coreografía de la nueva canción de Tae, es genial.

Jennie se acomodó al lado de ella para poder ver el video hasta que se terminó. Jennie no era tan fan como Lisa pero debía admitir que Taeyeon tenía mucho talento y que adoraba su voz.

—Iré a cepillarme los dientes y nos vamos.

Jennie asintió con una sonrisa y vio cómo el cuerpo de Lisa desaparecía al entrar en la habitación del baño que tenían en su habitación.

Abran la herida. | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora