en paz

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Estaba nerviosa por el plan que hicimos esta tarde con los amigos de Samantha y de Hugo la verdad, no sabía si iba a caerles bien, ni que tipo de fiestas se montan ellas, ni si iba a encajar, lo único que me tranquilizaba era saber que voy a tener a Hugo allí.

Iba siendo hora de comer y no queríamos preparar nada así que decidimos pedir comida china y que nos la trajeran a casa. Mientras esperábamos, Samantha se fue a su habitación a hacer cosas y Hugo y yo mirábamos la serie que empezamos hacia unas semanas, me apoye en su pecho y intenté no pensar mucho en lo de la fiesta para no ponerme nerviosa antes de tiempo, pero no lo pude evitar.

- Eva, ¿estas bien? - me pregunto Hugo
- Si, ¿por?- le dije confusa
- Te noto nerviosa- confesó
- Bueno quizás un poco si...- dije
- Es por la fiesta verdad? si quieres no vamos y nos quedamos aquí, no pasa nada- dijo el
- No, no es eso, ósea si es, pero no es que no quiera ir, sino que me da miedo que no les caiga bien, que no encaje o algo- dije
- No digas tonterías, les vas a caer genial eva ya verás, eres maravillosa-
- Ai Hugo jo te quiero-
- Y si en algún momento no te sientes bien solo dímelo y nos vamos ¿si? -
- Vale- le dije mientras se me acercaba para darme un beso.

Estaba bastante más tranquila ahora, si en algún momento no me siento bien con ellos nos podemos ir y ya, espero que eso no ocurra, pero bueno.

El repartidor de comida llegó y comimos rápido para tener tiempo y prepararnos para la fiesta.

Samantha y yo nos fuimos a su habitación a prepararnos y Hugo se fue a la suya, pero el término antes y entro a molestarnos.

- joeee tardáis mucho que hacéis- dijo Hugo desde la puerta
- Puedes entrar nos estamos maquillando- dije abriéndole
- ¡dios eva que guapa! - se me quedo mirando con los ojos abiertos
- Aii Hugo para- me sonroje
- que caraza tienes hija- me dijo otra vez
- ya basta va siéntate que ya acabamos- le dije dándole un beso en la mejilla

Hugo se sentó en el borde de la cama, y yo me puse delante suyo de pie agarrándole la cara, el me agarró de la cintura acercándome a él, nuestros labios se juntaron durante unos segundos hasta que nos faltó el aire y me tiré encima suyo dándole besitos en el cuello mientras él me acariciaba la espalda suavemente, y así nos quedamos un ratito hasta que decidí terminar de maquillarme.

Estar con él era estar en paz, me sentía muy bien, estaba feliz.

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