Twentieth

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Mark miró una vez más aquellas Gerberas junto a unos Claveles blancos y sus ojos comenzaron a picar.

A su madre jamás le gustó la jardinería, tampoco pensaba gastar una fortuna en el salario de alguien para que se encargara de aquello.

Y comprendía que en ese año muchas cosas habían cambiado, aunque no por qué entre todas las flores del mundo tenían que ser justamente esas.

–¡Na!– Exclamó al notar la presencia de otra persona –¿Qué haces aquí? ¿Cómo lograste encontrarme?–

–El señor Zhong tiene sus contactos– La respuesta del coreano pareció inquietarlo aún más –Escucha, tu partida dejó bastante mal a Lele, no lo había visto así desde el fallecimiento de su abuela. No quiero obligarte a volver a su vida, sin embargo, sí que escuches tu corazón: quédate si no sientes nada por Chenle, sé que él podrá reponerse; en cambio, si tu pulso también se aceleraba cuando entrabas a la florería y lo veías allí, entonces ya sabrás qué hacer–

Jaemin caminó rápidamente hasta llegar al auto que esperaba por él, sintiendo su pulso resonar en sus oídos.

–¿Crees que funcione?–

–Entrará en razón con lo que le dije, confío en que su consciencia hará su trabajo sin necesidad de raptarlo, dede admitir que su idea era demasiado... invasiva–

–Puede ser, pero tu huída le quitó toda la seriedad al momento– Comentó el anciano entre risas.

¡Bienvenido a la Florería Zhong!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora