CAPÍTULO OCHO

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CAPÍTULOOCHO:¡Na na na!

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CAPÍTULO
OCHO:
¡Na na na!

Remus había regresado, por fin, al colegio.

Se había adentrado al Gran Comedor a paso ligero, y aunque su lenguaje corporal decía que algo estaba bien, su estado físico daba la impresión de gritar por ayuda; Lupin había regresado con una nueva cicatriz en su pálido y ojeroso rostro.

Era rosada y ligeramente grande; cruzaba desde el medio de su mejilla y se perdía en los inicios de su cabello. Y aunque eso no cambiaba en nada a Remus, ni tampoco atentaba contra el profundo aprecio y cariño que Lois le tenía, si le dejaba imaginar a esta última, cómo era la vida de su amigo fuera del castillo.

Lois no era tonta, no era la primera vez que veía a niños llegar con cicatrices a la escuela, era mas común de lo que alguna vez imagino, o almenos lo era en su antigua escuela. Tina, una de sus mejores amigas, fue de esos niños durante algún tiempo. Cuando la maestra le preguntaba a Tina por las marcas en sus brazos o los raspones en sus mejillas, ella siempre decía que había tropezado con sus cordones, pero Lois no lo creía ni un poco: por que, uno: Tina le había enseñado a ella a atar sus cordones, y dos, por que los zapatos de su amiga no eran de cordones. Pero, aparentemente, Tina siempre tropezaba con sus cordones; o almenos hasta que se fue a vivir con su Tía Sally. Después, ella jamás volvió a tropezar.

Claro que aun cabía a la idea de que simplemente estuviera siendo paranoica, pero a juzgar por la timidez de su amigo y las muchas cicatrices que Remus tenía, no creía estar muy alejada de una realidad que no le deseaba a nadie.

Lo único que le reconfortaba, era el hecho de que Remus estaría a salvo almenos hasta las vacaciones de Navidad. Aun tenia la esperanza de estar tremendamente equivocanda y que Remus solamente tuviera malos, muy malos reflejos.

"¡Volviste!" pero al menos por ahora, Lois intentaría dejar sus pensamientos atrás y recibir con un abrazo y genuina alegría a su buen amigo. "¿Cómo está tu mamá?"

Pregunto ella en un susurró. No sabía si Remus estaba cómodo hablando de ello con James y Black enfrente, así que prefería mantener sus reservas.

"¡Fantastica!" murmuró su amigo con entusiasmo. "Fue una pequeña crisis, pero el doctor dice que esta bien y la vi mucho mejor antes de irme"

"Me alegro mucho, seguro tu visita fue su mejor medicina" le sonrió ella. "¡Ven, vamos a desayunar!"

"No quiero ser descortes, pero ¿qué hacen Black y Potter sentados frente a ti?" murmuró Remus con cautela mientras veía a los susodichos beber con inusual rapidez su jugo de calabaza y se dejaba guiar por su amiga.

HONEY • MARAUDER'S ERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora