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Los Hamada tenían una maldición extraña, muy... muy extraña, la cual venía desde hace ya muchas generaciones y que solamente afectaba a los hijos menores de cada matrimonio. ¿El culpable de esto? Asahiko Hamada, el antiguo emperador de Neo-Japón durante el periodo Edo.

El emperador Asahiko contaba con una corte de 13 concubinas jóvenes, todas rondando sus 20's y cada una con una belleza extraordinaria y singular que las hacia resaltar entre las demás mujeres fuera del palacio. Pero no todas estaban ahí por decisión propia, muchas de ellas eran llevadas hasta el palacio con ese fin solo por obtener algo de prestigio social; ese era el caso de Tamiko, la más joven de sus concubinas.

Tamiko, tal cual su nombre lo decía, era la más bella de las trece, pero su carácter y rebeldía era tanta como era su belleza. Ella odiaba recibir órdenes de aquel emperador que solo la veía como un objeto con el cual saciar sus deseos sexuales, así que desobedeció en cada oportunidad que se le presentó; Asahiko, frustrado de no poder tener a Tamiko siempre que quería, ordenaba a los demás de la corte que la llevaran a su alcoba, y después de tomarla a la fuerza, era castigada.

Aquella rutina se repetía continuamente, cada que el emperador Hamada consideraba que no reciba suficiente de su concubina, y cuando Tamiko, desesperada, decidió escapar, fue traicionada por las demás mujeres de la corte. El emperador frustró el escape de la hermosa joven y volvió a llevarla a su alcoba, castigandola de la misma manera hasta que perdió el control debido a la ira, acercandola a la muerte.

"Voy a morir aquí, frente a un tirano... y se que alguien más tomara mi lugar en cuanto muera, pero no dejaré que te olvides de lo que me hiciste tan fácilmente. Te maldigo, a ti y a tu familia, a todos tus descendientes, por miles de generaciones. Cada que reciban un golpe, sea grande o pequeño, se convertirán en una mujer... tan débil como tu solías decirme que era, y así recordaras de por vida todo lo que me hiciste, ni el arrepentimiento te lograra salvar de esto"

Al inicio, el emperador y su esposa no pusieron mayor atención a las palabras de Tamiko, sin embargo, después de algunos años, al tener a su último descendiente varón notaron la seriedad de la maldición. Luego de su primera caída, el pequeño niño se convirtió en una pequeña; los emperadores, aterrados, fueron de inmediato con el chaman de la corte desesperados por una solución, sin embargo, el anciano hombre no pudo encontrar ninguna, la maldición era tan fuerte que no podía ser quitada solo con un talismán mágico, lo único que restaba por hacer era la aceptación, luego la resignación. Y al cabo de un par de horas, su hijo volvió a ser un varón.

¿Qué era Asahiko Hamada además de un emperador? Uno de los ancestros más antiguos de Hiro.

Y Hiro, por ser el varón más joven de esa generación, solía convertirse en Hiroko de vez en cuando.

Kanojo (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora