Capítulo 14

9 1 0
                                    

-Leandro-


Una y treinta de la madrugada. Simplemente mirando el techo como un estúpido mientras escucho música, con el mismo sentimiento de peso encima de querer escapar de esta realidad  e irme a otro plano. Estar nada más yo sólo perdido en un mundo tan grande como este, ahogandome poco a poco entre mi soledad y mis lágrimas. Y así era noche... Tras noche... Tras noche... Una y otra vez, sentía como me estaba agotando esta rutina de mierda, en eso me llegan unos mensajes de Miguel Angel y me dice:

–Hey bro, ¿Cómo va todo? Algo me decía que no estabas del todo bien y decidí escribirte–Miguel Angel me conoce súper bien.

–Solo que siento que todo se me está yendo de las manos nuevamente, y siempre cuando tengo estos bajones me desespero mucho–Le mencioné sacándome los mocos debido a la lloradera que tenía.

–No tienes el porque sentirte así amigo, fíjate estamos a nada de terminar la preparatoria y podremos ser elegidos en una de esas universidades, ¿Sabes las oportunidades que tenemos? Lo de tu papá y tú pasará yo se que el se dará cuenta de su error créeme. Estás a nada de lograr por lo que tanto estamos luchando no mantén la frente en alto–Me conmovió de manera sorprendente lo que me dijo Miguel Angel y es que en parte el tiene razón. Mi mamá no se sintiera para nada bien si me viera así.

–De verdad te agradezco un montón por tus palabras, me iré a dormir hablamos mañana–acto seguido apagué el celular, cerré los ojos  y me puse a meditar en las cosas que me pondré hacer ahora que estoy saliendo de preparatoria, ¿Y saben qué? Aunque haya perdido la relación Padre-hijo que tenía con mi papá. Eso no va a evitar que no pueda cumplir mi sueño de jugar este deporte además que es mi pasión. Así que tengo que dar el cien por cien en los juego y entrenamientos.

.

.

.

.

.

-Miguel Angel-


Me levanté preocupado por la situación sentimental en la que está Leandro por los momentos, se ve que está pasando por un estado crítico y no quiero que piense en hacer una locura... Decidí levantarme de la cama y abrir la ventana de mi cuarto para que entrara aire en el mismo. Cuando lo hago me digo a mi mismo:

–Ese no es... Si, claro que es el...–Y era Leandro entrenando en una cancha que queda aquí cerca de mi casa, estaba haciendo tiros como si estuviera jugando con alguien. Desde mi casa se le veía el sudor y el fuego que tenía en sus ojos por su entrenamiento, cómo no podía seguir dejándolo sólo (sin pensar si llevaba desde que hablamos en la noche ahí) me vestí para ir a acompañarlo.

-Leandro-


Había llegado a esta cancha desde las seis de la mañana, no iba a tocarle la puerta a Miguel Angel para ir a jugar a su patio a esa hora que todos están durmiendo, y tampoco iba a ir a su patio así como así iba a asustar a esa familia entonces decidí ir a la cancha que está a unas calles de su casa y entrenar ahí tranquilo; ver cómo apenas estaba amaneciendo y el frío ese mañanero me trajo recuerdos de mis épocas de béisbol, precisamente de esa misma práctica...

Decidí empezar mi rutina trotando treinta minutos, después hice una rutina de tiro que ví en un vídeo de YouTube (que me servía muchísimo porque me corregía bastantes errores que tenía a la hora de lanzar el balón) después de terminar eso simplemente hacia lanzamientos a el aro como si estuviera jugando un cinco contra cinco o un básquet callejero, sólo cerraba los ojos y me planteaba ese tipo de situaciones: por ejemplo que faltan cinco segundos y tengo que hacer el tiro, o si me defienden un dos contra uno, o si me toca jugar en el poste (De Pivot) porque aunque no juegue esas posiciones a mí me gustaría ser un jugador completo, ser bueno tanto en mi posición como en otras. Al rato me doy cuenta que Miguel Angel viene llegando a la cancha, al llegar el me dice:

Una Nueva Aventura (En curso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora