0.11 Oblivion

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Todos esos días sin terminar parecen esperar por nosotros.

2 semanas antes.

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Estar en su oficina a las 07:00 de la mañana resultaba de lo más tranquilo después de esa abrumadora madrugada

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Estar en su oficina a las 07:00 de la mañana resultaba de lo más tranquilo después de esa abrumadora madrugada.

A pesar de ello, se levantaba de su asiento cada 10 minutos y daba un recorrido por la sala principal de la empresa buscando al cenizo. ¿La razón? Solo quería deshacerse de ese sentimiento que agitaba y golpeaba su pecho.

Y es que, el alfa se había marchado sin decir más después de rechazar su idea de pasar la noche en su casa. Idea que propuso porque le atormentaba pensar que el estado físico del cenizo era pésimo para salir a las calles a tales horas de la madrugada, y aún seguía sin llegar. Eso solo arruinaba su "tranquila" mañana.

—¡Buenos días Deku-kun!

—Buenos días Uraraka-san —devolvió el saludo esbozando una sonrisa tenue y mirando a la castaña entrar tras la gran puerta de cristal.

—Estoy tan emocionada —habló en voz alta lanzándose al peliverde—. Hoy darán el nuevo informe sobre... ¿Deku-kun?

—¿Qué sucede? —preguntó confundido sintiendo como la de ojos avellana se le encimaba más.

—Tú y... —comenzó apartándose lentamente, dudosa de seguir preguntando la razón de ese aroma a canela y ámbar, pero veía a su amigo tan calmado que la curiosidad la llamaba.

En cambio el pecoso solo la miraba tratando de descifrar lo que la omega estaba a punto de decir.

—Tú y… ya sabes —continuó al percibir el olor a neroli tan presente, no sabía si se debía a lo potente que siempre habían sido las feromonas del alfa o bueno, para empezar porqué estaban en él—. Tú y Bakugo, ¿qué pasó?

—Ah, es eso —lo escuchó murmurar mientras sus ojos cafesinos se posaron en su sonrisa triste, en tanto el de ojos esmeralda se miraba a sí mismo como si pudiera ver el desprendo del aroma.

—Sólo hablamos una vez más.

«"Una vez más"» Desde luego que la plática con el rubio había terminado siendo la misma que en sus últimas conversaciones, pero no había sido de la misma manera y el significado en sí resultaba incómodo de aceptar.

—¿Está todo bien?

—Seguro.

—Izu... Sabes que puedes contarme —susurró con una suave voz acariciando el brazo del peliverde, aún le preocupaba mirar esas marcas de mala noche sobre sus mejillas pecosas.

SEMPITERNO  [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora