Muñecas Nightingale (Identity V)

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Miseria.

Con eso fácilmente puede ser descrito el ambiente en el que se encontraba el elegante comedor.

Claro, nadie se atrevía a intervenir. Jack jugaba con sus dedos mientras tenía la mirada perdida, Mary lloraba en silencio lamentándose de sus decisiones y Robbie solo observaba a los demás con preocupación.

Oh dioses, ¿Cómo un niño terminó involucrado en esto?

Definitivamente llegaría a casa con el estómago revuelto, no sabe siquiera si podrá ver a su amiga entomóloga a la cara, aún si esta la tiene cubierta con una máscara de lona.
Tal vez sea joven, pero Robbie puede entender las situaciones perfectamente, sabe distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, aún así, sus impulsos de niño no le impiden ser egoísta, el no quiere dejar a su amiga ir.

Al menos está aliviado de que sus sirvientes ya hayan venido a recogerlo, no cree soportar estar más tiempo en este lugar. Toma su abrigo y abandona la sala sin molestarse en despedirse, no es el momento.

Intenta procesar toda la información en su cabeza, el sonido del carruaje siendo su única compañía.

Muchos tal vez se pregunten ¿Por qué Robbie White, un niño de solamente diez años, convive con todas estas personas adultas? Eso es fácil, fueron los únicos en acercarse a el cuando no tenía a nadie.

"¿De qué sirve tanto dinero? ¡Bah! Son solo monedas aburridas."

Desde que se quedó huérfano, al mismo tiempo se quedó sin amigos, solo eran el y su gran fortuna heredada. Se negó a financiar gastos por su cuenta ¿Cómo funciona eso siquiera? Prefirió dejarle el trabajo a otro familiar cercano, de ahí su única obligación era estudiar y asistir a eventos para verse adorable o algo así.

"Qué tontería, ¡Es más divertido apuñalar personas!"

Fue en una de esas fiestas que se encontró con lo que en un futuro serían sus llamados "amigos", en resumen, después de demostrar sus capacidades y habilidad con el hacha decidieron adoptarlo y enseñarle cosas sobre la vida, ¡Al fin personas que no lo veían como un niño idiota!

Cada uno de ellos era genial a su manera, aprendía de todos y al mismo tiempo se divertía de estar en compañía de alguien, incluso si solo se sentaban a tomar el té y admirar el paisaje.

Y no es que realmente no le gustara esto, pero después de un tiempo ese estilo de vida comenzaba a aburrirle, el quería jugar, hacer travesuras o al menos ensuciarse un poco, y sabía que nadie ahí querría ni una sola gota de vino en sus gabardinas. Robbie necesitaba un amigo no tan fino urgentemente. Entonces fue cuando surgió el tema de las muñecas.

Esperaba que no lo tomaran de idiota, pero Jack parecía bastante serio cuando sugirió la idea, así que fue de los primeros en conseguir la suya, se asustó bastante cuando vió aquel ser de tela parado y tocando sus preciadas peonías. Después de asegurarse de que era inofensiva, Robbie comenzó su amistad con la señorita Melly Plinius, juntos pasaron su tiempo corriendo por el jardín para cazar mariposas, cuidando los rosales y otras flores que adornaban el lugar, o simplemente comiendo caramelos, fue la primera vez en mucho tiempo que el mundo de Robbie se volvía tan colorido y brillante como un girasol.

Era como tener una hermana.

Lastima que eso tendrá que terminar pronto, y el lo sabe.

Observa su hogar a lo lejos a través de la ventana, rápidamente limpia las lágrimas que comenzaban a formarse en sus ojos.

•••

—¿Por qué no damos un paseo?—