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El cielo recién comenzaba a iluminarse.

-¿Estas seguro de poder cargar todo eso por tu cuenta?-

-¡Mm!-

-Entiendo.-

Ann pensó que era buena idea sacar a Victor para que viese un poco del mundo exterior, por lo que tomó la decisión de ir a comprar unas cosas en compañía suya. Ahora ambos caminaban de regreso al carruaje, el cartero sosteniendo la cesta llena de suministros.

-Disculpe.- Llamó una persona detrás de ellos, lo que les hizo voltear y observar a un hombre de cabello castaño vestido con un abrigo marrón. 

La dama religiosa habló con desconfianza -¿Puedo ayudarlo?-

Aquel hombre sacó una tarjeta de su bolsillo y se la ofreció -Buenos días, mi nombre es Orpheus, soy un detective privado.- mencionó sin rodeos, observando con cautela a la mujer y luego volteando a ver a su pequeño acompañante, quien se ocultó detrás de ella. 

- ¿Qué necesita?- 

-Lamento la molestia, pero me gustaría saber donde consiguió esa marioneta detrás de usted.-

Ann le dio una palmada en la cabeza a Victor mientras respondía con frialdad -Existe una tienda en la calle principal, su nombre es Oletus Manor, puede comprar una allí.-

-Ya veo...- Orpheus sacó una libreta donde escribió algo, y observó a la contraria a los ojos, teniendo que elevar su cabeza debido a la estatura de Ann, volviendo la escena bastante cómica -Si no le molesta, ¿Le importaría guiarme?-

•••

Miss Nightingale siempre fue una mujer dedicada a su trabajo, no solo limpiando cada estantería y ventana de su local hasta que su brillo fuera doloroso de ver, sino también haciendo lo posible para que cada producto destaque a su manera y ninguno se quede en la sombra de otros. Después de todo alguien los confeccionaba especialmente para ella.

Años atrás, Oletus Manor no era más que una pequeña tienda de ropa, todas la prendas hechas a mano por Miss Nightingale, lo que hacía que la gente de clases más altas consideraran su trabajo de calidad dudosa y ni siquiera ofrecerían un solo vistazo a los productos, prácticamente la tienda tenía un pie en la tumba.

Eso, hasta que un alma pura le ofreció una mano. Aquel misterioso individuo le propuso un trato, vendería todos los artilugios que el mismo creaba, y a cambio le ayudaría a qué Oletus Manor fuera uno de los locales más famosos incluso más allá del distrito, Miss Nightingale, teniendo poco que perder, obviamente no se negó y tomó la mano de aquella persona.

Por supuesto que tenía cierta desconfianza en un inicio, pero aquel sentimiento se esfumó en cuanto observó que los productos no eran más que adorables accesorios y prendas de vestir cuidadosamente confeccionadas. Se motivó a si misma y se esforzó en gran medida para promocionar su nuevo catálogo; tal y como lo prometió, la tienda poco a poco fue ganando popularidad entre personas de todas las clases, popularidad la cual perduró hasta el día de hoy.

Siendo su producto más reciente, las Muñecas Nightingale.

A pesar de no ser tan cotizadas por lo elevado de su precio, la mujer sentía que era de las mejores creaciones que su señor había fabricado hasta ahora, cada detalle, cada material utilizado y su habilidad para darles vida y una personalidad única a cada uno de ellos, era perfecto. Miss Nightingale no podía estar más emocionada por abrir su local y esperar las curiosas miradas de la gente en el exterior.

Muñecas Nightingale (Identity V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora