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—Joseph, llegas tarde. Yidhra está a punto de destruir el comedor, y no queremos incomodar a nuestros invitados ¿Cierto~?—

—Lamento mi imprudencia, aún así esa mujer debe aprender a controlarse.—

Los dos caballeros llegaron al comedor donde todos sus compañeros estaban presentes, entre ellos ahora estaban el señor Leo Beck y Burke Lapadura, quienes convivían tranquilamente con los demás.

—¡Joseph Desaulnier! ¡Te maldigo por hacer esperar a mi estómago!— Yidhra alzó la voz mientras levantaba los brazos como si rogara a los cielos.

—Ya estoy aquí, deja de hacer un escándalo.— respondió el conde con molestia mientras se sentaba en su lugar.

—Bien, dejemos eso a un lado ¿Por qué no empezamos con esta maravillosa reunión entonces?— Jack dió dos aplausos y los sirvientes entraron en la sala.

Todos degustaron de la comida, y después de un ambiente un ambiente agradable en el salón, participaban en las conversaciones y disfrutaron de la compañía de los demás.

Mary comentó —Oh, es verdad. Señor Beck, si no le molesta, me gustaría saber ¿Qué hay dentro de esa caja?—

—Pues verá, ya que tengo el honor de reunirme con ustedes, pensé en traer un regalo para cada uno.— mencionó levantando la caja —Antes yo solía fabricar muñecos, pero no era un trabajo que me diera precisamente el dinero que necesitaba, por lo que lo abandoné después de un tiempo.—

De la caja empezó sacar varios muñequitos de tela, eran cabezones y con grandes botones por ojos, pero lo importante era el detalle más obvio en ellos.

Eran iguales a sus difuntos amigos.

Todos se sorprendieron, algunos sonrieron levemente y otros solo miraban con nostalgia, Leo tomó a la pequeña jardinera y la observó con cariño.

—Se que no es mucho, pero supuse que sería buena idea tener algo para recordarlos de algún modo, me gustaría que cada quien tuviera los suyos.— hizo un gesto de aprobación.

Los presentes comenzaron a tomar a los muñecos que les correspondían a cada uno, sosteniendolos con gentileza.

—¡Es igualita a la señora Melly!— Robbie admiraba la réplica con felicidad.

—Es muy linda.— Dijo Mary con la voz quebrada, pero con una sonrisa en su delicado rostro.

Joker soltó un risa leve —Ja, me acostumbre tanto a verlos con su gran tamaño, que ahora verlos así es... Tan, raro.—

—Son adorables.— concluyó Bane.

Joseph observó al embalsamador en miniatura que tenía en sus manos, con todos sus detalles, definitivamente Leo Beck era un hombre con talento. Era idéntico a el.

No pudo evitar derramar una lágrima.

Nadie en aquella sala pudo.

•••

No tiene idea de cómo terminó aquí, lo único que recordaba era regresar de la reunión con el pequeño regalo en sus manos e irse a la cama.

Todo el lugar estaba vacío, y el único color presente era el blanco, aparentemente estaba en la nada.

¿Estará soñando?

Optó por avanzar para ver si encontraba alguna otra cosa, y efectivamente, al cabo de un tiempo (si se le puede llamar así) pudo percibir el rojo intenso del vestido de Mary, al parecer ella estaba tan perdida como el.

Muñecas Nightingale (Identity V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora