'Se levantó y fue a lavar su ropa y el desastre del baño. NO hace falta aclarar que el comisario no durmió esa noche por cuidar a su amante.'
Horacio a la mañana siguiente, se levantó antes que Volkov. Le dejo una pequeña nota expresando su agradecimiento y se fue del apartamento silenciosamente.
Tuvo que caminar desde el apartamento de Volkov al centro de la ciudad, donde iba a llamar a Gustabo para que le recogiese y le llevase a casa.
Horacio sabía que olía mal y que tenía un aspecto demacrado. Como iba a ser obvio, no podía pretender que nada había pasado la noche anterior en esa playa. Sus musculos cansados, sus ojeras y su incipiente migraña era un recordatorio constante de su crisis existencial y de su casi sobre dosis.
Desde que el comisario había aparecido en su vida, cargaba con otra responsabilidad en su día a día, el mantener a ese comisario lejos de las garras de su mafia. La complicación es que, la mafia le tenía de objetivo desde hacía unos meses y no sabía cuanto podría llegar a protegerle y si, en el momento decisivo, sería capaz de sacrificar todo por ese comisario.
Muchas veces, pensaba en huir con él. Era uno de sus sueños más recurrentes, coger un coche pequeño, donde meterían su ropa y a las mascotas, y emprenderían un viaje donde el único destino es la felicidad. Se imaginaba a si mismo con el comisario, en un pequeño chalet donde la decoración es blanca y sus amigos inventados de esta realidad paralela, venían a tomar algo. Esa realidad paralela era lo único que mantenía a Horacio con cierta esperanza de que todo iba a evolucionar positivamente, lo único que mantenía un mínimo de esperanza en su sistema.
Cuando llego al centro de la ciudad llamó a Gustabo, esperaba que este no le hiciese muchas preguntas. No sabía si podría mentirle.
En su mente, sabía que no era seguro contarle a Gustabo sobre su relación con el comisario, ya que aunque fuesen la única familia que ambos tenían, sabía que el ansia de poder, era un sentimiento que dominaba a su hermano. Él le traicionaría si le venía bien.Un coche aparco delante suyo y cuando lo reconoció se subió en él.
-Buenos días- le dijo Gustabo- ¿te importaría decirme donde cojones has estado toda la noche?
-Gustabo, hoy no, por favor...
-Horacio, ¿Dónde has estado?- le inspeccionó con la mirada- ¿Porqué tienes este aspecto? No te puedo ayudar sino me contestas.
-No necesito tu ayuda, simplemente necesito que me lleves a casa, por favor Gustabo, si quieres luego te lo cuento todo.
-De acuerdo- Gustabo condujo en silencio hasta que llego a la pequeña casa que compartían. Cuando Gustabo aparco el coche, Horacio se bajo silenciosamente del coche, abrió la puerta de su casa y se fue rápidamente a su habitación, donde se quedo dormido el resto de día. No tenía fuerzas para nada.
Cuando se volvió a levantar, era la mañana del día siguiente, se fue de su habitación y se dirigió a la cocina para prepararse un desayuno rápido. Mientras que se hacían las tostadas, se lio un porro para acompañar a su desayuno. Escucho los pasos de su hermano acercarse a la cocina y pararse en la puerta.
-¿Vas a hablar ahora o vas a seguir ignorándome?
-Me decanto por la segunda.
.Pues no te dejo, cuéntame ahora mismo donde estuviste antes de ayer por la noche.
-Gustabo, no quiero hablar ahora...ni hoy ni mañana ni pasado, simplemente no quiero hablar de lo que hice ayer, por favor, entiéndelo.
- Desde hace unos meses estas raro Horacio, me ocultas algo y yo lo sé. Porque por mucho que creas que me puedes mentir y que me estoy creyendo la mentira, quiero que sepas que eres muy malo mintiéndome. Tarde o temprano me enteraré de ese secreto que tienes bajo la manga- Gustabo se había acercado mucho a él, quedando a un palmo de su cara- NO se que será, no se si es un novio, o si tiene algo que ver con esto que te fumas todos los días o...no se me ocurre nada más. Pero que sepas que te descubriré y espero que me lo cuentes antes, porque sino...sino...sino- su tono amenazante se fue atenuando al ver como su hermano se rompía delante suyo, sus ojos se llenaron de lágrimas.
-No sé que paso ayer, no me acuerdo bien Gustabo...-se abrazó a su hermano, al menos si no le iba a contar la verdad completa, le contaría la mitad de la verdad- Solo recuerdo estar en la playa con unas pastillas de MDMA y dos gramos de marihuana. Unas horas después me levanté sin acordarme de nada, lleno de vomito y en medio de una playa. Perdóname por favor, no se que paso la otra noche, pero nunca me había sentido tan mal.- Cuando soltó esas palabras, intento inhalar y exhalar de manera calmada algo de aire para calmar a su organismo, pero le era imposible, cualquier intento de calmar su ansiedad interna era un intento fallido. Quería mantenerse tranquilo, quería mantener su compostura ante su hermano, quería fingir que todo seguía igual, que le seguía siendo completamente fiel y sincero.
Pero no podía, porque no todo seguía igual ni tampoco le seguía siendo completamente sincero. Su lealtad estaba cambiando de bando o más bien, de persona.
Volkov llegó a la comisaria esta mañana cansado, no le podía decir nada a Horacio pero el que se hubiese quedado había hecho que el comisario perdiese horas de sueño muy valiosas para su turno de mañana. Por ello, cuando entro al vestuario a cambiarse, lo primero que hizo fue caminar a los espejos, donde vio unas ojeras enormes que adornaban su cara.
Se salpicó la cara con algo de agua, intentando recuperar cierta vitalidad que tenía en su rostro, pero cuando vio que era imposible, decidió dejarlo como estaba, de todas formas nadie se daría cuenta.
-Volkov a mi despacho.
-Ahora voy Conway- Salió del vestuario y se dirijo al despacho de su jefe, subió las escaleras con un pequeño trote, se estaba autoconvenciendo de que estaba en plenas condiciones como para ejercer hoy, pero su consciencia le advertía que tenía demasiado sueño.
Antes de entrar a la oficina de Conway, llamo a la puerta y espero escuchar algún sonido de aprobación para entrar.
-Pasa, venga...- cerro la puerta trás de si después de pasar y se sentó en el asiento, justo en frente de Conway.
-Buenos días- Ambos se miraban mutuamente, como si estuviesen esperando algún tipo de señal para empezar una pelea o algo.
- Buenos días Volkov- le miro y examino su cara- dime, ¿Qué has hecho esta noche?
-Nada Conway.
-Para ser de hielo, si que mientes de puta pena- dijo con soberbia- Ahora enserio, ¿Qué has hecho esta noche, Volkov?
-No he hecho nada, Conway.
-Tienes que ser sincero conmigo Volkov- y Conway empezó a buscar unos folios en su carpeta- a no ser que quieras que publique estas fotos con tu novio mafioso.
Volkov abrió mucho los ojos, y examinó las fotos, eran de hacía unos días, de cuando tuvieron la cita en la montaña. Estaban ellos dos, sonriendo, felices, en otras fotos salían ambos besándose y jugueteando con sus camisas.
-¿Como tienes esto?
-Las preguntas las hago yo Volkov, ¿Desde cuando estas con este criminal?
HOLAAA.
Bueno, espero que os haya gustado mucho el capitulo y espero poder estar mas activa por aquiii.
Quería deciros que me he creado una cuenta de Twitch/twitter y apreciaría mucho que me siguieses, ya que seguramente este mucho mas activa. En twitch estoy haciendo directos jugando al LOL/minecraft y estoy viendo la isla de las tentaciones jajajja
Y en twitter soy basicamente una fantasma pero voy a intentar ser más activa.
soy @lamisscarter en ambas.
Muchísimas gracias.
Y ya sabéis si os gusta, votar, comentar y seguirme!!!
Aburrimiento
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Bitch- Volkacio Au
Fanfiction-Te odio -Eso no lo decías anoche- dice con una media sonrisa pícara. Donde Horacio es un criminal y tiene una rivalidad extraña con el comisario Volkov. No se si será One Shot o si me va a gustar escribiendo esto. Yo lo empiezo y si me gusta pues l...