Cuando volviste a por el móvil.

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-Me han robado el móvil pero ya sé el nombre del policía que tiene nuestro caso- y le enseño la placa.

-Increíble.

Y Gustabo piso el acelerador y salieron hacia la autopista. Horacio apoyo la cabeza en la ventanilla y pensó en Volkov y en cuanto le odiaba.

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Horacio sabía que tenía que ir a comisaria a por el móvil. Lo que no sabía es que iba a pasar cuando llegase. 

Había pasado ya una semana desde el encuentro con Volkov, y desde ese día solo pensaba en el estúpido comisario y en las ganas que tenía de vengarse. La última vez que se habían visto, Volkov le había dejado con las ganas de llegar más allá y se había aprovechado de su debilidad para robarle el móvil.

Estaba con el mini aparcado en frente de la comisaria, tenía el aire acondicionado funcionando y las ventanas un poco bajadas. Antes de entrar, había decidido darse un capricho o un premio, y estaba disfrutando de su último gramo de marihuana. El día era soleado y caluroso. Sentía un poco de sudor en su espalda, el cual se acumulaba en su asiento y notaba como el sol le quemaba la cara de manera agradable.

Apago el aire acondicionado y salió del coche, tomo una última calada del porro y lo tiró al suelo, pisando la colilla y después cerró su coche, comprobando que estaba bien cerrado. El ambiente fuera era aún más sofocante, se sentía como si el aire se cerrase alrededor de su cuerpo y solo quería quitarse toda su ropa y ducharse.

Empezó a caminar hacia la comisaria de manera jovial, subió las escaleras rápidamente y entró al vestíbulo de la comisaria con confianza. Vio como algunos le miraban pero les ignoró. Él estaba aquí por una persona.

-Buenas tardes, ¿En qué podemos ayudar?- era un alumno, Horacio le identificó por el uniforme y por su tono nervioso. Intento buscar algo que le pudiese identificar pero no encontró nada que le fuese de utilidad. Se quedó con su cara, un chico rubio y de ojos azules.

-Quiero hablar con el Comisario Volkov, rápido- el alumno le miró extrañado, ¿Qué podría querer una persona tan extravagante con el Comisario? No tenía pinta de criminal y no reconocía su aspecto de ser alguien que viniese a Comisaria de manera seguida. Empezó a hablar desde la radio.

-Comisario Volkov, hay un señor con cresta que quiere hablar con usted- un murmullo se escucho de vuelta- Me pregunta que como se llama.

-Dile que soy el de la fiesta del otro día- dijo Horacio, no quería que mucha gente supiese que había estado aquí, tenía que dejar pocas pruebas.

-Dice el comisario que vendrá en cinco minutos y que espere aquí, en el vestíbulo.

-Perfecto- Horacio le sonrió al alumno y fue hacia una de las sillas y se sentó. Por suerte en comisaria había algo de aire acondicionado. Jugueteo con la pantalla del móvil provisional, no podía hacer nada más que juguetear con Instagram y dar like a chicos en Tinder. Llevaba ya dos meses que cada noche su cama recibía una nueva persona, era una buena actividad para dejar de pensar en todo.

-Priviet, ese chico es muy guapo- el Comisario había aparecido por detrás suyo y miraba la pantalla de su móvil mientras que sonreía con autosuficiencia. 

-Es de mala educación aparecer de la nada.- le devolvió la sonrisa de manera sarcástica.- ¿Podemos hablar?

El comisario le hizo un gesto para que le siguiera. Le siguió por la comisaría y sintió miedo, estaba completamente solo en medio de una comisaria, él, que estaba en busca y captura y que formaba parte de una de las mayores mafias de la ciudad. En la boca del lobo y estaba justo apunto de ser devorado. 

Entraron a una oficina, la cual no tenía objetos personales, no había ni fotos ni nada, lo único que le daba un guiño a su dueño era el cartelito dorado que tenía escrito en letras negras 'Comisario Viktor Volkov'. El comisario le ofreció una silla y cuando Horacio se sentó en ella, Vokov dio la vuelta a la mesa y se sentó en su silla de cuero, cruzo las piernas y apoyo sus manos encima del escritorio, entrelazando sus largos dedos. Tenía unas manos delgadas, finas y alargadas, el envés de su mano estaba cubierta de pequeñas cicatrices y sus uñas eran cortas con algunas heridas alrededor suyo.

-¿Para que quería verme?

-Quiero mi teléfono de vuelta.- Horacio le respondió desafiante.

-Ya tiene un teléfono- el comisario enarco una ceja mirándolo divertido.

-Usted sabe a lo que me refiero, quiero el teléfono que me borro esa noche.

-No se lo puedo devolver ahora, si vuelve en unos días se lo devolveré- dice serenamente- pero ya que estamos reclamando cosas, ¿Me devuelves mi placa?

-No, hazte una nueva.

-¿La tienes aquí?

-No

-¿Seguro?

-Sí

-¿Te tengo que cachear?

-No puedes hacer eso

-Estamos en mi oficina, puedo hacer lo que quiera, me corrijo, podemos hacer lo que queramos

-No quiero hacer nada.

-¿seguro?

El comisario se levanto, con pasos lentos y calculados, se acercó a Horacio. Era un hombre alto con postura perfecta, un cuerpo tonificado y proporcionado. Sus ojos intimidaban a todo el mundo cuando mostraban una mirada fría pero en ese momento, transmitían calor, deseo y pasión. Cuando estuvo frente a Horacio, el cual seguía sentado en su silla, puso su mano bajo su barbilla, subiéndole la mirada- ¿Sigues estando seguro?

-No...-y el comisario se agacho y le beso, y lo que empezó siendo un roce de labios, acabo siendo una batalla de lenguas, ambos hombres se tocaban y se sentían, cada roce era fuego en su interior, cada chupetón, cada lametazo y cada arañazo encendía más sus deseos y lo que iba a ser una reunión de cinco minutos acabo durando todo el turno del comisario, que se excuso diciendo que tenía mucho papeleo.

Para ellos, dejó de existir el mundo, solo existían ellos. Cada segundo era una oportunidad de tocarse. Sus dedos entrelazados, la boca de Volkov por el cuello de Horacio, las uñas de Horacio clavadas en la espalda del ruso mientras que le follaba contra la pared, los fuertes jadeos de Volkov  y los gemidos de Horacio mezclándose cuando se acercaban al clímax, el coqueteo constante de Horacio y la actitud indiferente de Volkov, los besos perezosos que acababan escalando a más y todos esos momentos fueron los que hicieron que ambos se volviesen adictos del uno y del otro. Hechizados por la electricidad que les envolvía.












¿Os ha gustado? Espero que si. 

La verdad es que no sabía hacia donde llevar este capítulo pero bueno.... ajajjajjajj

Yo no voy a escribir smut muy detallado por que no soy buena pero estas cosillas así me siento más comoda escribiendola

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El próximo capítulo es una continuación de lo que paso en la playa, osea que será triston. 

Un saludo


Aburrida

Bitch- Volkacio AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora