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Se vistió con el uniforme que correspondía para las clases, no lo odiaba, era lindo, con tonos que al menos hacían una buena combinación.

Terminaba de arreglarse mientras daba vueltas por toda la habitación, el suelo crujía demasiado, no podía esperar más, era precisamente una casa antigua construida poco después de la segunda guerra mundial y su mamá no tenía el suficiente dinero para remodelarla.

Salió de su habitación dirigiéndose a la cocina, ya estaba todo servido en la mesa.

Miraba con bastante apetito el plato de blinis con crema agria.

Agarró el cubierto para poder empezar a comer, pero su plato de movió hacía la izquierda.

Miró a su hermana que estaba concentrada en su comida.

—¡Mamá! —Ella dió la vuelta.

Observó a Gemma, su expresión era de cansancio no era la primera vez que lo intentaba.

—No puedes usar tus poderes para quitarle el desayuno a tu hermano —Dió un pequeño golpe a la mesa.

Gemna parece ignorarla y siguió intentando.

—¡Tienes Kasha! —gritó apuntando su comida.

—¡Yo quiero Blinis! —Le respondió e intentó golpearlo.

Agarró su brazo fuertemente y envió una corriente de energía, ésta se queda quieta.

—¡Mamá! —Se soba el brazo —.¡Harry me electrocutó!

Mira a la mayor y ve como sólo mueve su cabeza, un rayo de color gris impacta contra Gemma.

—¿Un campo de fuerza? —Gemma se mueve —¿En serio, mamá?

—Aprende a ser mejor con tu hermano.

—Sí sí, ser mejor con mi hermanito, el raro...—murmura.

Raro.

La palabra que más odiaba.

Decidió ignorarla y empezó comer su desayuno, escuchó los golpes de Gemma que rebotaban contra el campo de fuerza.

Miro a su izquierda y pudo ver cómo usaba la mayoría de poderes para poder salir, pero no lo lograba, su mamá era más poderosa que ella.

Vió de casualidad el reloj de la pared.

—Se me hace tarde, ya me tengo que ir —se levantó.

Dió un trago al café y dejó su plato en el lavaplatos.

Anne destruyó el campo de fuerza.

—Ten buen día, raro —Escuchó por parte de Gemma, mientras estaba de espaldas.

—Madura, Gemma —Recogió sus cosas que siempre dejaba a un lado de una encimera.

Caminó por el pasillo que conectaba con la puerta principal. Sintió una fuerza detrás suyo, antes de caer completamente al suelo.

—¡Gemma! —gritó fuertemente, mientras se levantaba.

Escuchó su risa.

Abrió la puerta y el viento impactó con su cara.

Amaba el invierno ruso, la nieve era lo mejor, caminar entre ella, jugar y muchas cosas más. Realmente no entendía como había gente que la odiaba.

Pudo ver el edificio de tres pisos, había bastante gente alrededor, profesores, alumnos, padres, de todo.

Cuando entra al edificio todos se quedan quietos, como todos los días desde el incidente con el pupitre.

Le temían, porque creían que era algún tipo de brujo o algo por el estilo.

Brujo | Larry Stylinson •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora