Ellos dicen estar enamorados, pero aún no descubren qué tan profundo es el amor que los enlaza el uno al otro.
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Elisse Cross se consideraba una chica ordinaria con una vida normal. Algunos días veía el mundo de colores...
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Narrador.
Finalmente, ha llegado el día que Nico tanto ha estado esperando, ese día de la semana al que Matteo no quería llegar porque sabía que ocurriría lo inevitable y de solo pensar en el encuentro de Nicolás y Elisse se le revolvía el estómago. No soportaba imaginarlos juntos.
Para la ocasión, Elisse se ha puesto una blusa rosa y shorts de mezclilla. Debido al clima templado del exterior Nico elige ponerse una sudadera roja y un pantalón oscuro de mezclilla. Ambos se miran en el espejo fijándose detenidamente en su apariencia,
A más de un kilómetro de distancia, Matteo se encuentra recostado boca abajo en su cama. En el silencio de su habitación se maldice por haberse comportado como un auténtico imbécil con la única chica que da vueltas en sus pensamientos.
La calidez del ambiente recibe a Elisse cuando sale de su casa con una mochila colgando del hombro. Nico solamente lleva su celular y la billetera en el interior de la sudadera. Ambos se encontrarán dentro de poco tiempo, pero ninguno tiene idea de lo que sucederá, para bien o para mal los planes de todos se saldrán de control.
Treinta minutos pasaron antes de que Elisse y Nico se encontraran en la entrada principal del cine. Llegado ese momento, cuando sus ojos la visualizaron su mirada quedó fija en los ojos azules de la chica. Le fue imposible no fijarse en que ella lleva el cabello suelto y notó también que se había maquillado el rostro. Era perfecta, para él lo era. Tal escultura como ella jamás encontraría, no habría obra de arte más hermosa que ella.
—¡Hola, Nico! ¿Me esperaste durante mucho tiempo? Discúlpame si fue así, no estaba en mis planes llegar con un poco de retardo —expresa ella deteniéndose a su lado.
—No ocurre nada, has llegado en el momento perfecto.
El alivio la invade y de inmediato exhala el aire que contenía de manera inconsciente.
—Me alegra escuchar eso. De cualquier manera aquí tengo algo para compensarte por ser tan paciente —le sonríe y desvía la mirada para buscar algo dentro de su bolso—. Por favor, cierra los ojos —le pide.
Él le hace caso sin reproches y aún con los ojos sumidos en una profunda oscuridad escucha que la chica saca algo del interior del bolso antes de tirar del cierre.
—Bien, ábrelos ya.
Nico asiente con una sonrisa y al abrir sus ojos se encuentra con una inesperada sorpresa.
—Me compraste un libro —exclama él emocionado, tomando el obsequio en sus manos—. Gracias, ya tengo algo más para acomodar en mi estantería de lectura.
—Es mucho más que un simple obsequio, este es un ejemplar de mi libro favorito, quiero que lo leas y me des tu opinión cuando tengas un poco de tiempo —al oírla hablar con tanto entusiasmo él la mira sin parpadear, atónito. Solo puede pensar en que estuvo tantos años soñando con tener algo significativo que le perteneciera a ella en sus manos, le resulta increíble que ahora ella le esté prestando algo tan importante, un objeto que estuvo en sus manos, un libro que ella miró tantas veces, un ejemplar que pudo provocarle emociones y sensaciones con las que él podría sentirse identificado.
