Aura
Con la mayor de las fuerzas me levanté de la cama, notaba mi mejilla hinchada y mi brazo izquierdo me dolía mucho. No estaba acostumbrada maquillarme, mucho menos tan temprano y con las pocas ganas de despertarme, después de lo ocurrido anoche.
Era la primera vez que ocurría algo así, pero no le hecho que Julián tuviera ebrio, aunque no en su totalidad. Siempre supe que le odiaba a mis pocos amigos y el hecho que lograra hacer algunas cosas sin su autorización.
Trate de limpiar mi rostro para que Ligia no notara el verdadero aspecto de mi rostro; eran cerca de las seis de la mañana cuando me sentí lista para bajar a la cocina y preparar el desayuno, evite las preguntas curiosas de mi empleada y no fue hasta que ella me comento que Julián le había dado la tarde libre después de mi salida, sentí que él estaba espiándome y espero el momento idóneo para hacer lo que quisiera sin que nadie lo viera.
—Vi el atuendo que compraste para la reunión y es muy bello —habla Ligia mientras lava algunos platos.
—Sí, es muy bonito —En mi voz se podía sentir mi estado de ánimo y Ligia lo había notado de inmediato.
—¿A pasado algo mientras me encontraba fuera de casa?
Después de evadirla durante la hora del desayuno y frente a Julián, la miro a la cara y mis lágrimas, las que habían estado reteniendo salen con gran rapidez, haciendo que aquella mujer de avanzada edad y amiga suelte un suspiro y me abrace de inmediato mientras lloro sobre su hombro.
—Dime ¿Qué te paso mi niña? ¿Qué te hizo tu esposo para ponerte así?
Mis sollozos solo aumentan, haciendo casi imposible mi hablar. Me aferro a ella como un salvavidas, pensando en ella como si fuera mi madre ausente. Trato de evitar separarme, pero sus manos toman mis brazos haciendo que le aleje de ella en medio de mis quejidos.
—¡Por Dios!
Logro ver a través de mis ojos hinchados el rostro lleno de horror y tristeza en Ligia, sus manos ahora tapan su boca denotando la sorpresa de lo que está viendo. Sin dejar de mirarme toca mi rostro evitando la parte izquierda y cuando pasa su dedo levemente por allí, no puedo ocultar el dolor.
—Te golpeó.
Más que una pregunta era una afirmación y yo no era capaz de negarlo, realmente no quería hacerlo.
La mañana se fue estando en cama, Ligia fue muy estricta al decir que tenía que reposar y la verdad no quería hacer otra cosa diferente a eso. Antes de lograr dormir un poco Ligia había buscado una bolsa con hielo para desinflamar mi labio y mejilla hinchados y en menos de quince minutos había llamado a la droguería más cercana para pedir unas pastillas para el dolor en mi brazo.
No sé cuánto tiempo paso hasta que ella entro a mi cuarto con un teléfono en la mano.
—Es tu abuela y quiere hablar contigo.
Mi abuela.
Llevo casi dos semanas sin hablar con ella y recuerdo a mi viejo y adorado Vicente y la promesa que tengo con él. Tomo el teléfono, pienso muy bien en mis preguntas y acerco el aparato a mi oído.
—Hola abue ¿Cómo estás?
—Sabia que si no te llamaba, tu no lo harías —Vaya, ya vienen los regaños—. ¿Qué tiene que pasar para que te acuerdes de mí?
Si estuviera frente a ella en este momento podría ver sus gestos dramáticos, las líneas de su frente cuando está enojada y una mano en su pecho junto a su corazón indicando lo dolida que se encuentra.
—Por favor no me recrimines —Me recuesto sobre la cabecera de la cama e inspiro algo de aire— tu más que nadie en el mundo sabe lo mucho que me importas y si no te he llamado es por...
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Aura [Sin editar]
Short Story¿El amor puede durar para siempre? Aura es una mujer casada y creía que era feliz, pensamiento que duró nueve años. Daniel está soltero, pero lleva un dolor en su pecho por nueve años y una tragedia de ese mismo pasado lo persigue. En menos de una s...