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Sentía como cada una de las gotas de la tormenta torrencial que cubría la ciudad chocaba contra mi rostro, barriendo todo rastro de sangre tierra y sudor que habitasen en el.

Cada paso era un salto que me hacia avanzar mas y mas rápido. Las calles yacían en silencio, vacías. La única luz que desgarraba el manto de la noche era la de los edificios, las pantallas gigantes que pintaban los charcos de colores chillantes y los semáforos que reflejaban sus luces en la lluvia. 

En cada mano, pesaban las vidas que las largas y afiladas hojas de las katanas, teñidas en rojo carmesí demostraban haber arrebatado.

Pronto entre el ruido de cada gota chocando contra el suelo se hicieron presentes chapoteos, eran tan erráticos como los que generaban mis botas al correr. Casi tan rápida como un relámpago una flecha paso rosando mi cabeza. Una mas. Una mas. Y otra. Los tres arcos que me disparaban me seguían, corriendo casi tan rápido como yo lo hacia. Doble en una esquina y en vez de seguir corriendo los espere. Al imitar mi acción el primer hombre murió al momento justo que una de mis espadas atravesó su corazón. El segundo sin esperarlo imito al primero ganándose así el mismo destino. 

Con un tirón de mis brazos ambas katakanas se desprendieron de los cuerpos dejándolos caer inertes al suelo. El ultimo hombre pudo ser mas astuto y escabullirse por la oscuridad para que con un sonido seco su arco disparase una flecha hasta mi pierna. Caí de rodillas. Antes de que hiciera algún movimiento mas desprendí de la funda de cuero que abrazaba mi pierna una daga, la cual no tarde mas de un segundo en lanzar hacia el ultimo hombre, logrando así que esta dé varias vueltas en el aire y termine su recorrido en el lado izquierdo del pecho de su victima.

Enfunde en mi espalda ambas katanas formando una x, intente levantarme pero sentía como los músculos de mi pierna comenzaban a entumecerse desde donde la flecha había rasgado mi piel. La inmovilidad se distendía lentamente desde mi pierna a la otra, luego lleno mi pecho y paso por mis brazos hasta las puntas de mis dedos, el veneno paralizante de la flecha viajaba por mi sangre inmovilizándome y sedándome. Pronto caí al suelo incapaz de hacer el mas mínimo movimiento. La lluvia seguía cayendo sobre mi. El ruido de las aspas de un helicóptero se hicieron presentes en el silencio. Una luz incandescente entro en mi campo visual y el ruido de mas de diez suelas chocando contra el suelo perturbó mis oídos. Cuando recupere mi sentido de la vista lo primero que entro por mi campo visual fueron varios agentes de C.R.U.E.L. que me apuntaban con sus armas. Dos de ellos me tomaron por los brazos y me arrastraron hasta el medio de la calle donde un furgón blindado nos esperaba.

Cual saco de rocas me arrojaron dentro del camión y cerraron las puertas. El lado izquierdo de mi rostro estaba apoyado sobre el frio metal y con cada bache mi cuerpo se despegaba unos centímetros del suelo para volver a caer secamente sobre el. Dentro de mi cabeza lo único que hacia era repetir cada insulto existente cual mantra sagrado. 

Había pasado 5 años escapando o asesinando a cada humano o infectado que se cruzase por mi camino. Soy a lo que ellos llaman una "inmune" una manera sutil de disfrazar el hecho; mi cabeza tenia precio. Nací en un pequeño campamento de apenas cincuenta personas, éramos los "rebeldes" conforme paso el tiempo nos hicimos llamar "El brazo derecho". Yo crecía y muchas de las personas de mi campamento migraban con el objetivo de agrandarnos, de poder ayudar a mas gente y hacernos conocer. "El brazo derecho" era una organización en contra de C.R.U.E.L. lo que hacíamos era reclutar inmunes para que se nos unan y poder en un futuro crear una zona segura, donde todos aquellos que lo necesitasen puedan refugiarse. Cuando tenia doce años los lideres, entre ellos mi madre, habían decidido atacar una de las bases centrales de C.R.U.E.L. Logramos rescatar a muchos, pero el triunfo no nos duro demasiado. Unos días después disparos, explosiones, gritos y muertes inundaron el campamento. C.R.U.E.L. nos había atacado; y asesinaron a cada persona que se cruzase por su camino, incluyendo a mi madre. Escape junto a Vince y Mary, pasamos un año escondiéndonos mientras intentábamos contactar con las otras dos bases que "El brazo derecho" poseía. No lo logramos. El día de mi cumpleaños número 13 un grupo de infectados nos atacaron. Vince y Mary hacían lo posible por protegerme, me escondieron dentro de un armario en una casa abandonada prometiendo que volverían a buscarme. Recuerdo vívidamente como luego de unos minutos oí pasos cerca de mi, creí que seria alguno de ellos por lo que no me precaví al momento de abrir las puertas del closet, pese a mi seguridad lo que me encontré del otro lado fue un cuerpo que apenas se sostenía de pie, pálido como la nieve y con gruesas líneas color negro que se hacían visibles debajo de la fina capa de piel que lo cubría, con ropa desgarrada y pupilas dilatadas yacía frente a mi un infectado sediento de sangre. Corrí. Corrí tan lejos como pude de esa cosa. Desde ese día me dediqué a sobrevivir, crecí y la cruda e inevitable realidad me golpeaba la cara cada vez mas fuerte. Durante 4 años me dedique a vagar por el mundo. Aprendí a usar las Katanas, aprendí a defenderme y aprendí lo que se siente arrebatar una vida. Todo eso, todos los sacrificios que hice, toda la gente que perdí, todo eso para terminar paralizada en un camión de C.R.U.E.L.

Una sacudida me informo la arribada a nuestro destino. Las puertas se abrieron y tal como me subieron al furgón dos hombres me cargaron por debajo de los brazos. Mientras me arrastraban sentía como el suelo de concreto rallaba la superficie de mis botas. Mi cabeza colgaba de mi cuello como si este fuese un fino hilo sujetando una roca, como si su único propósito fuese sostener mi cabeza para que no se desprenda de mi cuerpo y rodara por el suelo. 

 Entramos al edificio pasando varias puertas de seguridad. Lo único que mi vista apreciaba era como el patrón del suelo se repetía una y otra vez mediante avanzábamos. 

Me recostaron en una camilla y lo único que recuerdo antes de sumirme en un profundo sueño fue el titilar de unas luces blancas sobre mi cabeza.

"S"

The Maze (Newt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora