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Capítulo 8

-¿Se puede saber por qué hay tres chicas desconocidas apenas levantadas acá?

El chico frente nuestro miraba a Zayn esperando una respuesta. Su cabello castaño caía en castada por su frente y lo mantenía algo largo por atrás. Sus ojos azules pasaron por nosotras y volvió a los de su amigo.

-Me pareció que necesitábamos ayuda, ellas son amigas nuestras.

-Culpa a Harry por nuestra vestimenta- murmuré pero lo suficientemente fuerte como para que me escuchara y me mirara.

-Entonces, a trabajar- asentimos y seguimos a Zayn hasta la cocina. Antes de atravesar la puerta escuche que le habló a Harry- Si MH se entera, las mata. ¿Te das cuenta lo que estás haciendo? Además esta Megan aquí. No quiero involucrar a Liam en esto también..

Suspiré, anda a saber en que estaba metido y era mejor no meterme, por ahora. Pero ¿Qué tenía que ver Megan con todo esto? La cocina era grande, pintada de blanco y con los muebles y artefactos negros. Zayn sacó varias bolsas de un estante y nos las entregó.

-Gina limpia el living con los chicos y ustedes dos acompáñenme afuera.

Quise protestar por haberme dejado sola con los demás pero ya habían salido. Caminé arreglándome un poco el pantalón del piyama hacia arriba para que no me molestara al pisar y me acerqué a donde estaba la pista de baile, ahora con el televisor y un sillón grande junto a un mueble en frente. Me agaché y empecé a juntar todos los vasos plásticos y restos de papeles que había en el piso. Un golpe en mi pie y un ruido proveniente del mismo lugar me hicieron sobresaltar y dejé de limpiar. Al girarme me encontré al chico que nos recibió antes tirado en el piso. Me levanté rápidamente para ayudarlo, pero él lo hizo solo y me miró, al ver que era yo suspiró.

-Lo lamento, estaba limpiando.

-Sí, vi que lo estabas haciendo, al menos podrías haber corrido la pierna. Podría haberse caído cualquiera.

 -Disculpe, pero fue solo un accidente. No es para qué reacciones así- lo miré, no había necesidad de comportarse de esa forma, ni siquiera era mi padre. Después de un silencio que parecía interminable él sonrió de lado y levantó las cejas antes de hablar.

-Soy Louis, un gusto- lo miré atónica. Era loco o que problema mental tenia. Hacia minutos me miraba como si fuera la peor creación del mundo y ahora me sonreía burlón. Cierto, era amigo de Harry, veo que la bipolaridad se contagia entre ellos- Buen golpe el que me hiciste dar.

-Increíble, volveré a limpiar- me giré y volví a lo que estaba haciendo. Louis pareció inconforme con la pequeña charla y se agacho frente mío impidiendo que alcance uno de los vasos que había.

-¿De quién sos amiga? No son de venir chicas a esta casa.

-Del dueño.

-Son cinco dueños- levanté la vista sin comprender y me senté mejor para mirarlo- Niall, Zayn, Liam, Harry y bueno, yo.

-Creí que solo era de Zayn. Además ayer cuando Niall se emborrachó dijeron que lo llevarían a su casa.

-Se referían a la de los padres, ahora vivimos los cinco acá por motivos personales.

-Ya veo- respondí y me levanté para ir a limpiar a otro lugar. Me di cuenta que no estaba sola en sala, Niall y otro chico que al parecer debía ser Liam ya que no lo conocía estaban ordenando una biblioteca. Me acerqué a la puerta que daba al patio y vi que los otros tres juntaban la basura. Miré hacia la cocina y Louis hacia lo mismo. El único lugar donde tendría que ir a revisar sería el piso de arriba.

Subí las escaleras con la bolsa en mano. Cada escalón que pisaba, un recuerdo de la noche anterior me golpeaba. Si no era porque Zayn me había agarrado podría haberme dado un gran golpe. Llegué a la planta de arriba y me encontré con varias piezas, pero solo de una salía luz. Me aproximé y vi a Harry juntando basura de ella. Era amplia, de color azul, con una cama matrimonial en el centro y arriba escrito en grande “Niall”. Si preguntaba de quien era me iban a pegar por tonta.