IV. PARA MÍ SIEMPRE ES DE NOCHE

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Si alguien les hubiese dicho qué llevaban viviendo seis meses juntos, jamás lo creerían. Para ellos el tiempo que había transcurrido se sentía como un buen sueño, del cual no se desea despertar.

Erik le había informado a Emma que Charles vivía con él, su hermana sonreía al preguntar si era el bonito mesero de su fiesta y él le confirmó que era el mismo. Que desde ese día se habían vuelto cercanos y que ahora estaba de forma permanente con él en su hogar. Ella estaba completamente feliz por ambos, ya que por palabras de su hermano, ellos eran una excelente compañía el uno para el otro.

Charles estaba al pendiente de las cosas de Erik, de su ropa, de sus alimentos y de la limpieza de su habitación, otras actividades quedaban en manos de la señora Polk. Janos continuaba siendo su chófer durante la semana, pero si los fines de semana decidían salir a algún lugar nuevo, Charles se encargaba de manejar a cada nueva aventura.

Ahora, Charles estaba completamente ansioso, mordiéndose las uñas, sentado al borde de la cama que compartía con Erik. Ellos dormían juntos, pero no habían avanzado tanto como para tener relaciones sexuales. Su amistad o Charles no sabía como describir su relación, se basaba en el amor y respeto, y también en tandas de besos que terminaban con ellos dormidos abrazados. Oficialmente no eran novios, solo roomies que compartían todo juntos.

Suspiró profundo y se paró de nuevo frente al espejo, trataba de anudar la corbata, pero era completamente inútil seguir intentándolo si sus manos sudaban y temblaban a la vez, respiró profundo y trató de nuevo.

La puerta del baño se abrió mostrando a un Erik, recién bañado y con una toalla atada a la cintura, tras la visión de su perfecto y espigado cuerpo Charles se ruborizó y desvió la mirada de nuevo hacía el espejo,

-¿Estás listo, Charlie?,

-Aún no, no puedo anudar la corbata, - Erik sonrió y alargó la mano, Charles la tomó y lo dirigió hacía él. Cerró los ojos y subió sus manos hasta tocar sus hombros. Acciones como aquellas hacían vibrar a Charles y Erik lo notó,

-Estás temblando,

-Estoy tan nervioso, quiero que todo esté perfecto, - Erik llevó sus manos a la corbata que reposaba debajo del cuello de su camisa, sonrió y con una tranquilidad y habilidad increíble, la anudo a la primera. La acomodó con paciencia y cuando creyó que estaba lista retiró sus manos del cuello de Charles que respiraba agitado. Este dio un paso adelante y de puntitas le besó los labios,

-Gracias cariño. Quedó perfecta,

-Es un placer, Charlie, - Erik alargó su mano y Charles la tomó de nuevo para dirigirlo a la cama y tomará asiento,

-Te dejé un traje que me pareció hermoso y adecuado, una camisa y corbata encima. Hay ropa interior a la derecha del traje y tu cinturón está junto con ella, tus zapatos están perfectamente limpios en la entrada del departamento, - Erik bajó el rostro y sonrió,

-Gracias, - Charles lo observó y vio algo en su rostro que lo inquietó, parecía apenado e intranquilo. Se acercó y se puso en cuclillas frente a él,

-¿Pasa algo?, - Erik negó con la cabeza para después abrir los ojos,

-Bueno, sí. No sé cómo decirte esto, pero no podré ir a tu presentación y defensa de la tesis, - Erik cerró de nuevo los ojos y un suspiró corto salió de sus labios, Charles mordió el suyo y sus ojos se cristalizaron al instante,

-¿Salió algo importante de última hora?, - preguntó con la voz entrecortada y Erik parpadeo constantes veces desviando su rostro en otra dirección,

-El empresario que quiere el nuevo software vendrá hoy, apenas me aviso ayer por la noche y no quise decirte nada para no echar a perder parte de tu noche y el día de hoy,

PARA MÍ, SIEMPRE ES DE NOCHE. ♡Especial de San Valentín♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora