FINAL. PARA MÍ SIEMPRE ES DE NOCHE

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I.

Emma corría como loca, tal parecía que sería ella quién se casaría de nuevo. Quería todo perfecto, arreglos florales por todas partes y el espacio correcto entre mesa y mesa, en los pasillos y los accesos a la pista de baile. Todo debía estar majestuoso para la boda de su hermano. Ella era la más feliz de que Erik se casará con Charles, lo conocía y era tan evidente el amor y devoción que este profesaba por su hermano, que ella se sentía completamente dichosa. Ellos serían aún más felices de lo que ya eran después de su boda, de eso estaba completamente segura.

Sebastian estaba en una de las habitaciones de la mansión que habían rentado para la ceremonia y fiesta acompañando a Erik que se mantenía sereno con Cosmo a su lado. Había transcurrido un año desde la pedida de matrimonio y su perro guía, ahora vivía con ellos desde hacía seis meses. Solo faltaba esperar a que le avisarán que Charles estaba listo, para casarse.

Emma llegó hasta la habitación en dónde Hank y Raven, ayudaban a Charles a vestirse y acomodar su cabello que había dejado crecer hasta debajo del mentón. Se veía hermoso, pleno y feliz, solo deseaba que su hermano pudiese verlo solo una vez, pero sabía que no era necesario, ya que Erik se había enamorado de la calidad humana de su futuro esposo,

-¿Estás listo Charles?, - él asintió con las mejillas sonrojadas y la sonrisa plena, -Entonces, le diré a Erik,

-Gracias Emma,

-Sebastian y Cosmo estarán con él, y yo te entregaré a ti en el altar, - Charles sonrió nervioso,

-¿De verdad harías eso por mí?,

-Oh Charles, claro que lo haré. Eres la felicidad entera para Erik y para mi ver sonreír a mi hermano, lo es todo,

-Gracias, - dijo conteniendo las lágrimas.

Raven le sonrió y le acomodó la peonía rosa que descansaba en la solapa de su saco,

-Te vez completamente hermoso, Charles. Ahora ve y completa todos tus sueños, - Charles asintió, no tenía palabras en ese momento porque estaba tan feliz que no existía forma de expresar su dicha.

El jardín estaba perfecto, la decoración que Emma había elegido era impoluta. El altar estaba lleno de flores en tonalidades moradas, pero lo que más resultaba ahí, era el perfecto novio. Erik sonreía como jamás lo había hecho, todos podían notar su felicidad y Charles estaba pleno tras verlo sonreír y bromear con Sebastian. Cosmo estaba a su lado y cuando la marcha nupcial sonó, Erik suspiró con fuerza y su cuñado le apretó el hombro para darle confianza.

Charles avanzó por ese camino hasta el altar del brazo de su cuñada, todos lo observaban felices, incluso los socios de Erik, aquellos señores poderosos lo observaban con respeto. Y que decir de sus amigos, todos le sonreían y saludaban a lo lejos para demostrarle todo su apoyo y cariño. Y ahí al final del camino y justo frente al altar lo esperaba el hombre perfecto, Erik, su Erik. Este se quitó las gafas y estiró su mano, Charles la tomó y se paró a su lado sin soltar su agarré.

La ceremonia fue auspiciada y dirigida por un viejo promotor de la comunidad LGBT+, que recitó un discurso de amor y aceptación para la pareja,

-Y estamos aquí, porque no necesitamos las leyes de los hombres para saber que podemos unirnos en nombre del amor. El amor es la fuerza que impulsa al mundo y que los llevará a hacer cosas inimaginables por el bienestar de su pareja. El amor mantendrá unido a Erik y a Charles durante esta vida y en las próximas que vendrán, porque no hay nada más puro y limpio que el amor verdadero que se profesan dos almas libres de las ataduras que ha impuesto la sociedad. Yo les deseo la dicha del mundo y ahora pueden profesar sus votos, - Charles tomó una bocanada de aire antes de empezar a hablar,

-Hubo un tiempo en que todo fue incertidumbre en mi vida. Perdí a mis padres demasiado pronto y no tuve la oportunidad de decirles cuanto los amaba. Después crecí y me di cuenta de que la vida es dura y difícil, pero que también es maravillosa, y un buen día sin esperar nada conocí al hombre más extraordinario de la tierra. El que con amor entiende mis palabras y ama mi locura, el que con solo sonreír ilumina mi vida. El que da todo sin esperar nada a cambio y por el cual daría mi vida si fuera necesario, - Charles estaba temblando de emoción y Erik por igual, y una sonrisa le llenó los labios,

-Es tu turno Erik, - este asintió,

-Siempre pedí un milagro. En mis oraciones diarias siempre pedía el mismo milagro, poder ver. Fue triste al principio porque siempre pedía con mucha devoción lo mismo día tras día y nunca sucedía nada, - Emma estaba llorando y Charles por igual, trataba de aguantar los hipidos que querían salir de sus labios, -Pero después de un tiempo me di cuenta de que estaba pidiendo un imposible, así que me dediqué a orar por otras cosas que eran realmente importantes. Creo que esta ocasión debí hacerlo del modo correcto, porque mi perfecto milagro llego. Llegó una tarde con su perfecto hablar y con un aroma que reconocería en cualquier lugar, llegó a cambiar mi vida y se quedó junto a mí y conmigo, y hoy estamos por iniciar el mejor viaje de todos, - Charles se limpió el rostro y sonrió pleno,

-Estos hombres aquí presentes están es día compartiendo con ustedes la felicidad de unir sus vidas bajo la ley del amor único y verdadero, demos un aplauso a ambos porque este día triunfó la felicidad real y verdadera, - Erik alargó su mano y Charles se acercó a él, buscó su rostro y se fundieron en un beso mientras todos los presentes les aplaudían.

La boda fue esplendorosa e incluso Erik bailó su primer baile de esposos con Charles. Al principio se había negado, pero después de que Charles le pidiera confiar en él, Erik se dejó guiar y habían permanecido bastante tiempo bailando unidos en medio de la pista. Casi al final de la recepción, ambos partieron al aeropuerto porque su vuelo rumbo al Caribe no podía esperar.

II.


Tirados en la cama de su habitación que tenía plena vista a la playa, Erik podía sentir el cambio en la temperatura y sabía que el inminente ocaso se acercaba,

-Charles, amor, - este dejó de mirar el mar para observarlo directamente a él,

-Si, mi amor,

-¿Cuéntame como va cayendo el sol?, - Charles sonrió y se acercó para besarle la mejilla,

-El mar está más intranquilo y la temperatura disminuyó solo un poco, pero estoy seguro de que si vamos hacía la playa aún podremos sentir los últimos rayos del sol, - Erik sonreía al escucharlo. Mientras su esposo hablaba pensaba en lo afortunado que era por formar parte de la historia que habían creado y vivían juntos, -¿Quieres dar una caminata?, podríamos dejar que el agua nos moje los pies, - había dicho Charles sumamente animado,

-No amor, es solo que siento que al escucharte puedo ver, porque mis ojos son tu voz, - Charles se acercó a él y lo besó lentamente, deleitándose y llenándose de su sabor,

-Te amo, Erik,

-Y yo a ti, mi amor, - Charles se recostó más cerca y se abrazó de su cuello.

Afuera el sol caía y la brisa salada se sentía en su piel y en el aire, Erik le besó la frente y Charles se acurrucó sobre su pecho. Estaban juntos, unidos y amándose, compartiendo todo porque ambos eran el complemento del otro.

Fin.

PARA MÍ, SIEMPRE ES DE NOCHE. ♡Especial de San Valentín♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora