Capítulo 2

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REDENCIÓN 


Al despertarme con el torso sudado,  acostada en aquellas sabanas azules y en esa habitación  oscura y sin olvidar el mal sabor en mi boca, vi mi realidad. Mi realidad era la misma... no aquella ilusión que había creado cómo una ilusa, seguía  en el mismo chiquero y el mismo trabajo de mierda en una peluquería barata. Mi consuelo era que  al menos el tío Jonás, no estaba esta vez.

Misma rutina

Misma vida.

Los gritos de mi jefa en el trabajo indicandome todo lo que hacía  mal según  ella, el acoso sexual en el autobús como cereza en el pastel. Esto era  toda la misma basura que me pasaba cada maldito día mi suerte era que aún mi tío no estaba era  seguro que había cobrado y seguía en el bar gastando todo el sueldo de una semana. Asi como paso el dia volví a dormir igual que siempre, por necesidad fisiológica, esperando no despertar nunca;  con el cerrojo pasado y abrigada en las finas sabanas.

Entregándome otra vez al mundo de los sueños para olvidar esta mierda.

(...)

Regresé a ese lugar, el  sitio a donde debía estar y  a donde había quedado como si la partida se hubiera puesto en pausa, extrañamente seguía  con  la misma falda y la misma camisa, sorprendida mire a mi lado.

La misma compañía.

- ¿Qué demonios es este lugar? —pregunte confundida, mi compañero sonrió triunfante y  tomo mi mano.

- Este lugar es tu hogar — yo lo mire confundida Boris estaba a mi lado como en la noche anterior con aquel  tono mecánico y feliz tal  cual  una serie  mal escrita. 

- Yo no tengo ningún hermano–- reproche rápidamente .

- Si lo tienes soy yo—. Respondió rápidamente y se señalo.

- ¿ tú? Estas jodiendome —- me reí por esa respuesta y él levanto la ceja confundido.

—Hermanos no tengo, yo tengo es un tío y mis padre que murieron hace años— mire al muchacho sonreír cómo si lo que hablaba era una fantasía por mi parte ¿me esta viendo como si estoy loca?, tenía esa misma mirada, esa mirada como los presentadores de un programa infantil sonriendo de forma permanente.

—¿Dónde estoy? —Pregunté aterrorizada.

- Tú sabes donde estas—- contesto él rápidamente con esa sonrisa congelada.

¿Debía  de confiar  en alguien  que hablaba con acento neutro  al igual que esas escalofriantes  series infantiles?  yo mire a mi alrededor y sonreí al darme cuenta de la respuesta: el cielo sin moverse, algunas arboles estáticos, el fondo borroso. 

-—no creo que sea...— lo mire sorpendida al verlo tan natural —- acaso esto es.. ¿Es el mundo de los sueños?.— pregunte dudosa por aquella extraña idea que se me ocurría  y su silencio  lo confirmó. 

 Continuamos nuestro camino a clases, rotros borrosos, paredes opacas, era como si rememoraba de alguna forma mi pasado tal como lo recordaba hacía  mas de 10 años.

El colegio era como recordaba o era mejor dicho soñaba que era como recordaba al igual que mi uniforme que era una falda larga a la rodilla y una camiseta holgada, del mismo color de siempre "gris" como mi futuro ¿ no era azul? La volví a ver y la vi color azul.

El mundo de los sueños era igual a como me lo imaginaba. Bueno no, era cómo estar durmiendo como siempre, ya que nada cambiaba. Siempre  decían que si sabias que soñabas podías controlarlo, asi que controlar mis sueños era un punto que debía  aprender desde ahora.

Sweet DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora