FINAL

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Mirar a los ojos a la misma muerte  no era nada agradable, el ser humano tenia miedo al castigo de Dios, ¿ Pero quién castigaba peor el supuesto Diablo o Dios?.

Según  la Biblia   nos dice   "Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.— un tal  Efeisos 6.12"

¿pero es mas facil ofender a dios o ofender al Diablo?

Solo queríamos ser protegidos.  Que no nos dejaran caer en el mal y nos protegiera  del Demonio, ya que el castigó del diablo podia ser mucho peor que el ordenado por " ese Dios".

Tenía miedo no por mi, si no por el muchacho que había arrastrado a ésta porquería por  mi culpa.

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Al abrir los ojos me encontraba en un abismo, un abismo inhóspito con olor a polvillo y a una extraña humedad, temblaba de miedo y con el sudor  que corría por mi frente  hasta  mis labios, con una puerta frente a nosotros irradiando una luz brillante en frente, reuní un poco de coraje y  me coloque frente a Ottoniel para defenderlo.

- Apártate- Ordenó Boris - yo negué rotundamente, mientras inflaba el pecho  Otto me apartaba y yo me imponía— yo te voy a proteger Otto, ¡te lo juro! —Exclame con firmeza mientras forzejeaba con  Otto para hacerme  un  lado y Boris empezó  a reirse al ver la escena.

- Que romántico, pero déjame decirte mortal llegas muy tarde, yo siempre estuve aquí con ella, desde que sus padres la prometieron a cualquier entidad que les permitiera tener una hija- ¿sabes cuantas veces ellos rogaron por tener un milagro? Luego de tantos intentos en una vacación- la engendraron en un hotel barato en la habitación irónica 66, gracias a mi fue posible  asi qué ella lleva mi sangre - sus primeros pasos- la primera vez que se masturbo... su primera escapada del colegio, su primer sueño húmedo, todo eso fue gracias a mi- decía orgulloso

- ¡Cállate! —Grite molesta con los ojos llenos de lágrimas, tan solo pensar que mis padres habian accedido a hacer un trato con semejante ser, me sentía molesta. ¿ cómo  era posible que todo lo que pensaba que era correcto se derrumbaba frente a mi? 

Mis padres entonces  habían  vendido su alma y su vez me condenaron a este destino.

- ¿Sabias que quien debía morir era él y no tus padres? Ellos solo quedarían en coma y tú te salvarías, ese día cuando el camión perdió los frenos el mocoso se atrasó.. ¿Por qué fue? Cierto por que el niño se quedo dormido- agregó riéndose- En estos momentos tus padres estuvieran atrapados en el mundo de sueños y no en el infierno, tienes una madre muy buena Otto, demasiado inocente que haría lo que fuera por su hijito—agregó sonriendo irónico, mire a Ottoniel asustada y con mi cerño temblando, pero su rostro se arrugó y lo miró furioso

- ¡No lo escuches! Eso es pura mierda - grito Otto, lleno de rabia y de impotencia  ¿era  verdad lo que me decía  Boris o Efailtes, cómo diablos se llamara?  

— ¿es verdad?— le pregunté  y se quedo en silencio y con la mirada baja y escuché la risa estruendosa de Efailtes. 

Molesto por la situación  Ottoniel  sacó de su bolsillo una daga brilmante la reconocía era la misma que de la estatua y la arrojo clavándosela a Efialtes en el estomago. La situación se desarrollaba con tanta rapidez que me sorprendía, él cayo al piso y nos miro molestó desde el suelo oscuro  y  retorciéndose del dolor mientras se llevaba las manos al estómago  y sus ojos se llenaron de sangre.

Sweet DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora