Capítulo V

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Cuando una ola se estrella en la orilla, se disuelve hasta ser nada. La arena absorbe la pureza del agua, y la convierte en neblina.

Cuando una ola se estrella con otra, la atracción la hace crecer, volverse más salvaje, dejando la armonía del océano permanecer intacta. Romper esa armonía lastimaría no solo a las olas, sino al océano entero.

Dicen que cuando dos hombres se besan, deben sentir una creciente enfermedad desde el fondo de su estómago. Esa enfermedad puede crecer y consumirlos por completo a menos que alguien le ponga fin y les enseñe lo que es correcto.

Taeyong no sentía una enfermedad de ningún tipo.

Solo una inmensa duda.

Muy temprano en la mañana después de ese día, Taeyong despertó con unos suaves labios sobre los suyos, esa simple acción haciéndolo sobresaltarse, apretando las sabanas en sus manos antes de saber que estaba pasando. Cuando abrió los ojos, vio a Jiwoo sonriendo, su aliento mentolado sobre su rostro.

—Tengo que irme. Aún es muy temprano así que vuelve a dormir. Te hice el desayuno, está en la cocina —Dijo Jiwoo y Taeyong asintió débilmente, para después recibir un rápido beso en los labios.

Sus labios contra los de Jiwoo fueron lo que le recordó lo que estaba bien y lo que estaba mal. Esto, esto era lo que estaba bien. Era su virtud, a lo que debía obedecer si tuviera un poco de moral, así que se levantó en un movimiento casi doloroso y besó a Jiwoo un poco más firme, asegurándose de que sintiera todo.

Jiwoo sonrió sobre sus labios y se alejó después de unos momentos, sonrojada.

—Voy a extrañarte —Le dijo.

—Voy a extrañarte también. Llámame —Taeyong le respondió y Jiwoo asintió.

—Por supuesto que lo hare, te amo —Le dijo ella, besando su mejilla.

—Te amo también. Déjame llevarte hasta la puerta. —Taeyong sugirió y Jiwoo sacudió la cabeza.

—Oh, no, hace mucho frio allá afuera, no quiero que te enfermes —Jiwoo le respondió y Taeyong se levantó de la cama.

—No te preocupes por mí, Jiwoo —Taeyong dijo sonriendo, apartando unos mechones de cabello de su rostro—. Espero que aproveches estos días para pensar en ti misma.

—Espero que aproveches estos días para encontrar tus propios intereses —Le respondió ella, riendo.

—No creo que te guste que lo haga

Taeyong tomó un abrigo y se lo puso rápidamente antes de cargar la maleta de Jiwoo y salir de su habitación. Ella caminó tras él.

—No tienes que-

—Jiwoo, ¿no crees que te preocupas demasiado? Soy tu esposo, tengo que cuidar de ti. —Taeyong dijo suavemente y Jiwoo asintió, mirando al piso. Taeyong besó su frente y después abrió la puerta para salir. 

Hacía frio afuera, el cielo aún estaba oscuro. Un coche estaba esperando afuera de su casa con las luces encendidas. Era plateado, brillante, con el techo perfectamente cuadrado. Taeyong vio a Yeeun sentada en el asiento del conductor.

—Bueno, Yeeun me dijo que va a conducir hasta allá, supongo que está bien —Jiwoo dijo y Taeyong gruñó.

Bajó las escaleras de su casa hasta la calle, detrás del coche del que Yeeun salió, viendo a Jiwoo y dándole un abrazo mientras Taeyong abría el maletero del coche.

—Déjame ayudarte —Dijo una voz y Taeyong levantó la vista sorprendido de ver a Jaehyun con su cabello castaño cayendo por su frente hasta sus ojos.

Somebody to love | JaeYong. [Adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora