Capítulo XIX

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Jaehyun se mantuvo de pie allí. El silencio reinaba dentro de la casa en Londres. Las cortinas granate cubrían las ventanas, protegiendo el exterior de los corazones rotos que se filtraban al suelo como vino. Jaehyun miró hacia arriba muy lentamente, la marca roja de una mano en su mejilla.

Yeeun estaba de pie junto a la entrada de la sala de estar, con los ojos oscurecidos más allá de lo creíble, los latidos de su corazón se escuchaban a kilómetros. Se acercó a Jaehyun con los puños apretados.

—Un hombre, ¿has estado haciendo estas cosas con un hombre? —Yeeun dijo, suave, hirviendo de rabia.

Jaehyun se quedó callado. Yeeun tomó su bolso y se lo tiró encima, el estuche de cuero duro golpeándolo en el pecho. Jaehyun dio un paso atrás.

—¡Un hombre! —Yeeun gritó—. ¿Qué pasa contigo? ¿Qué tan jodidamente bajo tienes que caer?

El silencio de Jaehyun emergía como una señal de su actitud indiferente, al menos para Yeeun. Entonces ella sonrió, perversa.

—Todo esto es una broma para ti, ¿no es así? No, ¿por qué? ¿Por qué te importaría? ¡Justo cuando tu esposa está preocupada porque su madre está enferma! —Verónica gritó, temblando de rabia—. Dime. ¿Lo metiste a nuestro dormitorio, a nuestra... nuestra casa antes?

—Sí —Murmuró Jaehyun, mirando hacia abajo.

Yeeun se quedó quieta ante la repentina respuesta. Tragó saliva—. ¿Cómo- c-cuántas veces-

—Desde hace un mes o más —Respondió Jaehyun, jugando con su anillo de bodas—. En nuestra cama también —Dijo, finalmente mirándola. Él sonrió, gradualmente—. Me lo cogí todos los días mientras no estabas, Yeeun.

—¿Qué- —Comenzó a decir ella, con los ojos muy abiertos—. ¿Qué sucede contigo? —Dijo, con voz temblorosa.

Jaehyun aún estaba sonriendo—. Suenas preocupada.

—Estás loco. Eso es... eso es lo que eres. Nuestro acuerdo fue decirnos cuando hiciéramos algo con otra persona —Yeeun espetó—. Y- y se supone que no debías hacerlo con hombres-

—¿Por qué no? —Preguntó Jaehyun, apoyándose en la mesa del bar.

—¡Porque- porque está mal, Jaehyun! ¡Por eso! —Yeeun lloró. Jaehyun se rió entre dientes, mirando a otro lado.

—Supongo que no sabía eso —Dijo él, mirando a su alrededor sin hacer nada. Sin pensar.

Yeeun no pudo soportarlo. Se acercó a él y lo abofeteó una vez más, con fuerza. Jaehyun se llevó las manos a la mejilla, clavándose las uñas y mirando hacia abajo.

—Deja de comportarte como- como si esto no importara. ¡E-es importante! No lo tienes permitido- —Comenzó a decir Yeeun con brusquedad, pero Jaehyun la agarró de la muñeca con una mano firme antes de que pudiera hacer algo de nuevo. Jaehyun la miró con los ojos llenos de ira.

—¿No lo tengo permitido? —Jaehyun gruñó en voz baja—. Mientras tú follas y follas y follas a cada hombre que se acerca a ti, ¿hm? ¿No lo tengo permitido? —Preguntó. Yeeun lo miró con los ojos muy abiertos—. ¿Por qué volviste, Yeeun? ¿Por qué? —Jaehyun preguntó con rigidez. Yeeun lo miró. Hizo una pausa por un segundo pero habló rápidamente.

—Mi madre empeoró. Yo- vine a hablar con- con el director de la escuela para decirle que estaré fuera más tiempo. Vine a traer más cosas para llevarme, y- —Comenzó a decir, mirando hacia abajo—. Solo quería ver si estabas bien antes de regresar.

—Estoy bien —Dijo Jaehyun, dándose la vuelta. Se acercó a la mesa del bar con lentitud, sus pies golpeando el suelo de madera, el silencio dominante como un símbolo de su inestabilidad. Jaehyun levantó un frasco de whisky, abrió la tapa y lo vertió en un vaso vacío, más de lo habitual—. Viniste a ver si estaba bien —Jaehyun se rió entre dientes, dándose la vuelta, con un vaso de whisky en la mano—. Como si alguna vez te hubieras preocupado por mí.

Somebody to love | JaeYong. [Adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora