[Parte nueve: Lo que siento.]

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Narra Julieta.

—¿A qué te refieres? —Pregunté tragando saliva.

—Ya oíste, ¿Qué sientes por mí? —Pregunta con seguridad, mirando fijo a mis ojos.

No pude evitar mirar sus ojos.

—Necesito que me digas, ¿por qué esa pregunta?

—Se leer miradas y analizar personas. De vos aprendí muchas cosas, y también me di cuenta. Nadie se había preocupado por vos, más que tus abuelos y él, tu amigo de internet. Por lo tanto hasta ese entonces estabas enamorada de él. Nos conocimos y al sentir interés al principio no le diste importancia, hasta que dije que no estabas sola, que me tenías. Mis ojos decían más que yo, me miraste y aunque no entendiste mucho, me viste y creíste en mi. Te sentías confundida. Cada vez que me acercaba te ponías colorada. ¿me equivoco?

—No, no lo haces... —Respondí avergonzada.

—Necesitaba confirmar. La tarde que nos perdimos, Manuel al decir que somos novios lo ignore para ver tu reacción. Ahí tenía todo claro.

—¿Qué tienes claro?

—¿Estás enamorada de mi?

—Estas confundiendo amistad con amor.

—Te hace mal negar lo que sientes.

—A ti te hace mal creer que te amo.

—De todas formas no podríamos estar juntos.

—¿Por qué?

—¿Ves? te interesa.

—Ni me digas, mejor.

—Julieta, eres menor.

—¿Me esperarás un año?

—¿Qué? —pregunta asustado.

—¡Es broma!

Me enamoré de mi psicólogo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora