Narra el psicólogo:
Por la tarde. 18:30, me puse frente a la puerta de la casa de Julieta.
Estaba por tocar la puerta en cuanto escuché gritos.
—¡Vamos! ¡termina de limpiar Samantha!
¿Samantha?
—Permiso —interrumpí, entrando a la casa como si nada.
—¿Tú, quién eres? —Pregunta la mujer parada al lado de Julieta.
—¿Qué haces aquí? —Pregunta Julieta en el suelo.
—Sé que, debía tocar. Pero, escuché unos gritos y quería consultar si se encontraban en buen estado. —Dije, mirando a la mujer directo a los ojos.
—Escucha... —Julieta se levanta del suelo para acercarse a mí. —Mamá. El es...
—Disculpe, no me presento aún.
Narra Julieta:
—Disculpe, no me presento aún —Habla mirando fijo a mi madre. —Soy Luke, una amistad muy reciente de su hija.
—Ya veo. ¿qué deseas? —pregunta mí madre confundida.
—Deseo que me permita salir con su tesoro.
—¿Mí que? —
Me acerqué a su oído y le dije bien bajito —"No seas tan perfecto"
—Que me deje salir con Julieta* —se corrige a si mismo.
—¿Para que o a dónde?
—Aún no lo sé.
—Claro que no los dejaré.
—Bueno, no nos dejes.
—Bueno los dejo, pero vuelven rápido.
Todo es tan rápido que no entiendo nada.
—Bueno. —Agarré al psicólogo, Luke. Y lo jale para la calle. Sin dar explicaciones o detalles, nos alejamos de ese lugar.
—Fue demasiado, ¿verdad?
—¿Aún lo preguntas?, te pasaste. Creerán que tienes problemas o eres bipolar.
—Bipolar jamás.
—Por supuesto, eres psicólogo y no tienes problemas. Lo olvidé.
—Que sea psicólogo, no significa que, no sea humano.
—Tienes razón.
—Siempre la tengo.
—Era una forma de decir.
—Claro que si crees que tengo razón.
—No.
—Si.
—¿Sabes? —dejamos de caminar. —A veces, no pareces un psicólogo.
—Es normal, soy una persona también, puedo reír, puedo llorar, decir mentiras.
—Es verdad, le mentiste a esa señora.
—¿Por qué lo dices?
—Dijiste que eras mi amigo.
—En ningún momento dije algo que no sea cierto. —Toma mi mano y vuelve a caminar mientras me jala a la misma dirección. —Por un lado, también eres mi amiga.
—¿Me consideras tu amiga?
—Creí haber dicho que si. —Vuelve a frenar para mirarme a los ojos —Por cierto, es la tercera vez que te veo colorada.
—No. —Dije tapando mi cara.
—Vamos. —Seguimos caminando.
—Tu... nombre, ¿de verdad es Luke?
—Ya te dije, en ningún momento mentí.
—Claro, luke.
—Feliz cumpleaños por cierto.
—Creí que ya no lo dirías.
—Lo dije, ¿verdad? —... —Mira, llegamos.
Miré y había una feria, juegos, niños corriendo. Las estrellas se sentían tan cerca.
Comenzamos a caminar por la feria. Decidí parar en donde vendían alcohol.—¿Qué tomas? —Le pregunté a Luke mirando al vendedor.
—No, yo no tomo...
—Claro que sí. —Dije dándome la vuelta para mirarlo. —Hoy es tu día permitido.
—Créeme, te arrepentirás de esto.
—Si, si, como digas. —Puse mi vista en las bebidas. —¿Qué es eso?
—...
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Me enamoré de mi psicólogo
Novela JuvenilÉl, era esa perfección en mi desorden. Es una historia que avanza rápido.. Parte 1: Me enamoré de mi psicólogo. Parte 2: Café, terapia y yo.