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•Chupón•

¡Otra tarde corriente en el maravilloso Wolf Zircus!😍🎉 .
El dúo dinámico; Popee y Kedamono se encontraban solos en el circo, Papi había salido del lugar en camino al pueblo más cercano para comprar más provisiones, comida, etc...
Este tiempo sería aprovechado por ambos para poder mejorar sus trucos y holgazanear a sus anchas.

Había un truco en específico que Popee quería probar hace tiempo, pero a Papi le pareció tan entretenido como ver a su hijo... logar algo o lo que sea. Simplemente le pareció aburrido y no se dió la oportunidad de hacerlo, así que su momento era este.

Se trataba del "Truco del escape".

El primero en intentar era Kedamono, a sugerencia de Popee, el cual tuvo que vendarse los ojos y con unas cadenas sería atado a una silla de la cual se safó con éxito después de unos minutos.

Llegó el turno de Popee.
El licantropo hizo lo mismo que ya había hecho el rubio; mani-atarlo a la silla con las cadenas y venderle los ojos.

- ¿Estás listo?.. - Preguntó el pelimorado a su contrario terminando de ponerle las cadenas, con una expresión despreocupada y una pequeña sonrisa que parecía revelar algo.

- ¡Más que listo! Te apuesto que lo haré en menos tiempo que tú. - Anunció entusiasmado, una amplia sonrisa en sus rostro y preparado para ejecutar el truco.

- Sí, claro... - Mencionó con un tono humorístico, soltando las muñecas del chico y encendiendo el temporizador. - Veamos que tal te va...

El tiempo empezó a correr, pero a Popee no le dió tiempo a hacer nada referente al truco ya que pudo sentir como unas manos se habían recostado sobre el respaldo de la silla en la que estaba, causándole inquietud.

Intentó ignorarlo, hasta que sintió esas mismas manos agarrarlo por las muñecas y una respiración caliente chocar contra su cuello dejando un pequeño beso sobre la superficie de su nuca. Un escalofrío recorrió su espalda, soltando un suspiró ligeramente jadeante.

- K-keda... s-sé que eres tú... - Murmuró, mientras que agachaba la cabeza de forma un poco sumisa para su actitud habitual.

Sin embargo no hubo respuesta, solo pudo sentir como el lobo sonreía contra su cuello y empezaba a besarle con suavidad en la zona, soltando sus manos y recorriendo con sus manos la cintura del rubio.

- M-mmfh... K-keda... y-ya basta... - Reprochó entre jadeos, sintiéndose ligeramente más acalorado y dejando sus manos caer sin oponer resistencia siendo jaladas un poco hacia abajo por el peso de las cadenas.

De repente, Kedamono bajó un poco el cierre de Popee para dejar al descubierto todo su cuello, haciendo que este se sobresalte un poco.

El licantropo continuó dejando besos por el cuello de este, empezando a mordisquear la piel y succionar de esta para dejar marcas de poco tamaño. Bajando su mano de la cintura de Popee hasta la cadera de este, apretando la carne de sus muslos por debajo con sus dedos. Abrió ligeramente más sus labios, clavando sus colmillos lobeznos en el cuello de su novio, haciendo que este soltara un suave gemido por el dolor y placer al sentir la mordida.