Capítulo Seis: Falso.

11.4K 1.5K 1.1K
                                    

- Entonces Takeda Ittetsu desde hoy es legalmente el tutor de Kageyama Tobio, no es hasta que el menor cumpla sus dieciocho años podrá elegir por su cuenta. -Fue el juez quien habló, Kageyama estaba de traje, Takeda junto a su abogado así como sus padres estaban al otro extremo con la abogada familiar. - Los padres deberán seguir pagando manutención por el menor de edad. Una asistente social irá una vez al mes a ver como está el menor en su casa. Con eso se levanta la sesión.

Kageyama estaba esperando que sus padres se acercaran a el, de verdad quería abrazarlos al verlos después de tanto tiempo pero al parecer no era mutuo, sus padres salieron de ese lugar sin dirigirle una sola mirada, su corazón estaba tan roto en ese punto que no podía pensar que podría incluso llegar a romperse más... Que equivocado estaba.

- Kageyama, está bien. -Susurró Takeda, el menor volteó a verlo, éste le regalaba una adorable sonrisa, abrazó de sorpresa al adulto, éste correspondió el abrazo.

- Lamento las molestias, el dinero perdido, lamento mucho el que esté ahora cuidando de alguien como yo. -Susurró, las lágrimas mojando el hombro del mayor, éste solo acarició el cabello de Kageyama.

- Fue mi decisión, Kageyama. Eres como mi hijo ahora, te prometo que serás feliz y no tendrás que preocuparte nunca más de cosas innecesarias, puedes centrarte en vivir como un adolescente. Déjame las cosas de adulto a mí.

Así terminó el día de Kageyama Tobio, estaba empacando las cosas de su casa, tomó una foto en marco que le había regalado Daichi, estaban todos ahí, incluyendo a los entrenadores y las managers, sus lágrimas mojando el vidrio. Abrazó con fuerza la foto.

- ¿Por qué duele tanto seguir con vida? -Sollozó, abrazando con fuerza la foto, la guardó con cuidado así como la que tenía con su amado abuelo, dejó las fotos familiares y se centró en las que salía solo él para mostrárselas a Takeda.

Bajó al primer piso con sus maletas hechas, miró un última vez ese lugar que le había traído pensamientos negativos, ese lugar que lo abrazaba en la oscuridad, miró el cielo viendo la luna brillar más que nunca y las estrellas hacerle compañía, cerró la puerta y se giró.

Takeda le sonrió desde el auto, Kageyama jamás olvidaría al hombre que hizo lo imposible para verlo feliz y sacarlo de esas condiciones.

Iba camino a su nuevo hogar.

- Quizá sea un golpe muy duro para Kageyama que estemos todos aquí, deberíamos darle más espacio aún

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


- Quizá sea un golpe muy duro para Kageyama que estemos todos aquí, deberíamos darle más espacio aún. -Murmuró un nervioso Sugawara, estaban todos en casa de Takeda para recibir al menor, habían ordenado con globos y mucha comida, incluyendo que Daichi y Ukai habían preparado la comida favorita de Kageyama.

- Tranquilos, estará bien, él también los ha extrañado mucho. -Comentó el mayor, en cuanto se escuchó un auto todos esperaron ansiosos, en cuanto la puerta se abrió y Kageyama entró saltaron gritando un "Bienvenido a tu nuevo hogar."

El menor solo los observó en silencio, bajó la cabeza y todos pensaron lo peor, hasta que lo vieron.

Como Kageyama subía la cabeza con una hermosa sonrisa, las lágrimas corriendo por sus mejillas.

- Me alegra mucho verlos y estar aquí. -Susurró, nadie se contuvo en correr a abrazarlo. Incluso Tsukishima estaba abrazándolo contra su pecho, su expresión de preocupación bien marcada en su rostro.

- Mira lo que me dió, Kageyama. -Murmuró Takeda pasando por al lado de los chicos para llegar a Ukai, mostrándole unas fotos de cuando era más pequeño. - Las pondré en un marco y luego irán a la sala.

- ¿Me lo presumes? -Gruñó el rubio, cruzandose de brazos.

- Hm, sí. Kageyama... No lloró en todo el viaje, pero sé que lo hizo en su casa. El simple hecho de que me haya dado fotos es prueba de que quiere intentar permanecer aquí tanto como le sea posible. -Miró las fotos en sus manos. - Quiero que Kageyama sienta que tiene un padre, quiero decir... No podré jamás reemplazar al suyo, pero siempre sentí la necesidad de protegerlo, desde el primer día que fue a dejar sus papeles a Karasuno supe que algo no andaba bien, para que un niño de quince años esté así... No solo son dos o tres sucesos, son muchos incluyendo traumas que pueden marcarlo para toda la vida.

- Takeda, estás muy comprometido con Tobio.

- No lo niego... él... Se parece a mí cuando era joven. -Susurró el mayor. - Grité mucho tiempo por ayuda, y sé que él estaba gritando también.

No dijeron nada más, solo veían como Yachi y Tanaka sacaban muchas fotos de Kageyama sonriendo, incluso Daichi se tomó una foto con el ojiazul.

- Bien, vamos a cenar chicos. Pueden quedarse a dormir hoy pero no olviden llamar a sus padres. -Todos respondieron que sí, pero estaban más distraídos en gritar y reír por chistes que hacían Nishinoya y los demás.

"Perdón, perdónenme, por la sonrisa falsa que les he dado hoy, por darles esperanza de que voy a mejorar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


"Perdón, perdónenme, por la sonrisa falsa que les he dado hoy, por darles esperanza de que voy a mejorar... Comí hoy, tanto como pude para llenar el vacío que me dejaba el estar mintiendoles.

Por favor, no quiero que me entiendan, solo que me perdonen por no poder cambiar de opinión, mi corazón cada día duele más, siento que me ahogo en la desesperación, que las lágrimas que salen solo son porque estoy hasta el tope de ellas.

Takeda Sensei, perdón por darle unas fotografías y hacerle pensar que quiero vivir más tiempo, quizá soy tan egoísta que no quiero que olvide al niño que ayudó con esmero aún si ese niño tiene las manos atadas y en el cuello una soga que ya no lo deja respirar.

Perdón por ser un falso de mierda, amigos... Porque hace mucho dejaron de ser solo mis compañeros.

Los aprecio a todos, los quiero a todos, sí, eso te incluye maldito Tsukishima.

Sean amables en un futuro, si hay alguien que necesita ayuda no duden en ofrecerla, no insulten a cualquiera porque no saben que es de su vida detrás de lo que ven.

Adiós."

El diario de Kageyama Tobio. |Kagehina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora