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En unas cuantas semanas se realizaría la inauguración de la semana de la moda en Nueva York, seguida por la de París y Milán. Esta última se caracterizaba por presentar la pasarela masculina entre otoño-invierno y primavera-verano. 

Nuestra agencia había sido cordialmente invitada a participar de uno de los eventos. Eran, básicamente, las ventajas de trabajar junto a diseñadores reconocidos a lo largo del mundo. Aunque eso no significaba que el trabajo sería fácil, faltaban muchos detalles que afinar.

Los ánimos estaban por el subsuelo, tenía la seguridad de que una histeria colectiva se instalaría en Glam Models. Todo el mundo estaba preocupado por  qué diseños presentaríamos, qué estilistas viajarían como soporte y, por supuesto lo más importante, qué modelos serían las elegidas para representar a la academia. 

A pesar de ello, yo sólo debía de cumplir con mi rol de fotógrafo. Pero dudaba que con personas como Erin y Aspyn, posiblemente influenciada por la primera, fuera eficiente.

—Disculpen la interrupción, pero no puedo aplazar más la sesión —dije verificando la hora en mi reloj.

—¡Dios! Aplico el labial y salgo en seguida —respondió Erin con un tono de desesperación.

—Yo...aún no acabo de delinearme —agregó la otra chica señalándose a sí misma.

—¡Descuida! Yo lo haré—contestó su amiga al poner la bata con el sello de la agencia sobre sus hombros.

—Que sea rápido, las espero —rogué con los ojos.

Cerré la puerta antes de dirigirme nuevamente al estudio fotográfico, el tiempo que restaba lo utilicé en acomodar los accesorios e implementos que necesitaría.

Erin apareció seguida de la nueva aspirante, ambas lucían bikinis de colores veraniegos como el verde esmeralda o el azul amatista. Cortesía de la agencia.

—Entonces ¿quién va primero?—pregunté juntando mis palmas en un sonoro aplauso.

—¿Te molesta si voy yo? —se dirigió hacia Aspyn.

—Para nada, observaré como lo haces—le dio una sonrisa cálida que fue correspondida de inmediato.

La joven sabía de memoria las posiciones que, usualmente, pedía. Se situó de forma que la ventana de luz y el difusor de flash diera directamente en su rostro, para lograr fotografías nítidas y de calidad. 

Los primeros quince minutos hubieran pasado desapercibidos de no ser que Faye, la secretaria de mi jefa, irrumpió en la habitación.

—Harvey necesita una modelo de prueba, ¿alguien puede? —la rubia asomó su cabellera negra por la puerta, esperando una respuesta positiva.

—¿Qué hay con las demás? —cuestioné con el ceño fruncido.

—He recorrido todo el edificio buscándolas y nada —contestó haciendo un berrinche.

—Me ofrecería pero estoy trabajando —me encogí de hombros con una pequeña sonrisa.

Faye junto con Erin habían sido las primeras personas en entablar una conversación conmigo al ser contratado en la academia. Siendo sincero, al principio era un tanto incómodo pero luego se tornó interesante debido a la efervescencia que poseían ambas chicas.

—¡Vamos! Me duelen los pies —frunció el ceño mientras se quitaba su tacón izquierdo.

—De todas formas, ya había acabado con Erin —mencioné disparando el flash en su dirección por última vez.

—Al menos me hubieras avisado, ¿no? —reclamó dándose cuenta de lo distraída que estaba.

Una risita inundó el ambiente y todas las miradas se posaron en la chica nueva que estaba acurrucada en una esquina. Ella tapó su boca al instante luciendo arrepentida, a lo que su compañera de trabajo le sonrió para que no se preocupara.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2015 ⏰

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boga ➳ m.c [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora