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Noviembre:

Humores. Aquellos de los que hablara con Madame Pomfrey. Aquellos que en ese momento le estaban haciendo dormir en un sillón de la torre que compartía con Albus. 

Los humores del azabache habían comenzado a ser mucho más cambiantes. Scorpius estaba desesperado. No sabía que hacer o decir. Por ello ahora estaba allí, con el aire corriendo a través de la estancia y con solo una manta y una almohada. Había prendido la chimenea, pero no funcionaba. Estaba pensando que hacer cuando sintió una mano en su espalda. Alzó la vista y se encontró con un adormilado Scorpius.

- Tengo frío, vuelve a la cama -se quejó el ojiverde.

- Pero si me dijiste que no querías que durmiera aq-

- Ya se lo que dije, pero hace demasiado frío -dijo, haciendo que el rubio se levantara y lo acompañara cogido de la mano a su cuarto. Allí no hacía tanto frío como afuera, pensó Albus.

Albus estaba cansado, cada vez se sentía más pesado y el clima no ayudaba. Pero por lo menos era una excusa para ponerse más ropa, así nadie daría cuenta de su ya notorio vientre. Siempre que leía o hacía su tarea, acariciaba con una mano su vientre, algo que ya se había vuelto costumbre. Si no lo hacía él, lo hacía Scorpius, quien se había vuelto un poco sobreprotector con el azabache.

Albus se recostó en la cama. Usaba una bata verde acolchada, ya que la pijama normal le molestaba. Miró a Scorpius y este se recostó a su lado. El azabache se acercó y apoyó su cabeza en el pecho del chico, eso le daba una sensación de paz y protección.

- Hasta mañana, amor -dijo el chico bajito.

- Hasta mañana, cariño -contestó el rubio dejando un beso en la cabeza de su novio, para luego abrazarlo y dormirse.


Al día siguiente, sábado, durmieron hasta tarde. Pero  tuvieron que levantarse a regañadientes porque a Albus le tocaba ir a la enfermería para un chequeo.

- Al, cariño, despierta -le susurró el rubio zarandeándolo levemente.

- Mmm...... si.... ya....-dijo levantándose lentamente-. Cada vez cansas más a papá, cariño -dijo el chico mientras acariciaba su vientre e iba al baño. Salió y se puso una polera de Scorpius, ya que eran grandes. Agarró un pantalón y espero a Scorpius mientras leía.

El rubio lo vio y le sonrió. Se veía adorable con las mejillas sonrosadas y la polera.

- Qué miras? -le dijo al rubio con sorna-. Vámonos o llegaré tarde. Ya sabes cómo se pone Madame Pomfrey -señaló el azabache poniéndose en pie-. Tu papá es mi fan número uno -le susurró a su vientre, haciendo ruborizar al rubio.

El camino a la enfermería fue corto. Entraron, pero lo que no sabían, era que alguien los veía. O alguienes.

Salieron. Todo había ido bien, solo que la enfermera le dijo al rubio que le diese chocolate al chico para el ánimo y que no tuviera peleas con Albus, ya que tenían que estar juntos para que el embarazo siguiera un buen camino y el bebé pudiera tener la magia de ambos padres.

Caminaban rumbo a la salida, ya que querían ir a Hogsmeade a comer, pero fueron asaltados por dos cabelleras pelirrojas.

- Por qué todos los meses van a la enfermería?

Ante ellos estaban Lily Luna Potter y Rose Granger-Weasley. Las chicas no eran nada ingenuas, eran muy inteligentes, a pesar de que Lily era menor que Albus, Scorpius y Rose.

- Qué? -preguntó nervioso Scorpius mirando a Albus, quién le tenía fuertemente agarrado de la mano.

- Scorp, creo que les tenemos que decir....

- Decirnos qué? -preguntaron ambas a la vez.

- Pero Al, les pueden decir a otras personas... -dijo Scorpius haciendo caso omiso a la pregunta de las chicas.

- No. Son mi familia y prácticamente la tuya también -dijo el azabache mirando a los ojos a su novio y haciendo señas a las chicas para que lo siguieran-. Vengan. Aquí.

Entraron al salón más cercano y los chicos al principio tartamudearon ante la mirada acusadora de ambas Weasleys.

- Albus.... mmmm... b-bueno.... él.....

- Estás embarazado, ¿no? -dijo Rose.

- C-cómo lo saben? -dijo el azabache abriendo los ojos y temblando. Si ellas lo sabían, otros también se habrían dado cuenta.

- Tranquilo, nadie más lo sabe -dijo Rose-. ¿Pero hace cuanto?

- Cuatro meses -dijo Albus.

- Y no me dijeron nada!!!! -gritó Lily-. Pensé que sería la primera en enterarme y soy la última!!!! 

- Mmm..... bueno.... Ginny aún no lo sabe -dijo el rubio-. No se lo dijimos.

- Uff.... bueno, desde ahora que sabemos que seremos tías, cuidaremos a Albus si tú no estás.

Y las chicas cumplieron eso, llegando a ser como la guardia personal de su primo y hermano. 



Queridos Albus y Scorpius:

Les queríamos avisar que para las vacaciones de Navidad, irán a la casa de los Weasley. Estarán con Ginny, Ron y Hermione, ya que Draco y yo queremos pasarla solos. 

Espero no les moleste y se diviertan. También estarán James, Teddy y Lily. Vigila a los dos, Albus, no queremos otro nieto en este momento.

P.d.: Los tíos no saben nada del embarazo. Tienen que decirles. Suerte

Los quieren Draco y Harry.


Genial. Ahora tenían que decirle a toda la familia del embarazo, pensaba Albus. Scorpius por su parte no sabía que hacer. No sabía si aceptarían o..... no quería pensar en la otra opción.

Todo ocurrió en 6to añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora