Capítulo 9

8.6K 755 485
                                    

—¡Allá esta!—Señaló hacia arriba.

—¿¡Pe-Pero que Demonios?!—Exclamó Chaeyoung.

¿Mina bailando sensual para un hombre? ¿¡Que rayos!?

Después de haberla visto frotándose contra el cuerpo de aquel desconocido en el segundo piso cerca de las barandas, Chaeyoung subió a toda pisa por las escaleras con Momo siguiéndola de cerca.

—¡Mina!—Su nombre llamó sin importarle las miradas ajenas.—¡Mina!—En ese instante deseó arrebatarla de las manos de aquel hombre que la tocaba sin descaro por todos lados, pero se contuvo como pudo. Mina ya no era suya. Sabía muy bien que no tenía ningún derecho a reclamarla, pero eso no evito que su sangre hirviera como lava en su interior y su corazón doliera al verla tan campante con ese hombre. ¡Un hombre por Dios Santo!

La japonesa sus movimientos detuvo al oírla y entonces entre los brazos del hombre se giró pegando la espalda a su musculoso pecho.

—Chaeyoung...—Habló tranquila sin importarle las manos traviesas del hombre sobre su cuerpo y tampoco la mirada de fuego que tenía su casi ex esposa sobre ellos.

—¿¡Que haces aquí?!—La cuestionó roja de coraje.

—Divirtiéndome como verás.—Sonrió girando levemente el rostro hacia el tipo que besaba su cuello, deseoso por probar más de ella. ¿Y quien no? Mina era una extremadamente bella y sexy por supuesto. Chaeyoung tuvo que contenerse demasiado para no ir y meterle un par de puñetazo a ese asqueroso tipo.

—En este momento nos vamos de aquí.—En un segundo, Chaeyoung ya estaba frente a ella sosteniendo su muñeca con fuerza mientras respiraba pesado.

—¡Suéltame!—Forcejeó furiosa sin éxito de soltarse.—Tú no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer.—Soltó sin más, provocando que la mano de Chaeyoung cayera al vacío al igual los restos de su corazón. Cierto, ya no era nada en la vida de Mina. Ay, como dolió ese recordatorio punzante que lanzó Mina.

—¿Quieres ir a otro lugar más privado, preciosa?—El hombre dijo y Mina cambió su semblante a uno sonriente en un segundo. Momo tuvo ganas de meterle un puñetazo a su compatriota por ser una grandísima imbécil.

—No.—Y nuevamente Chaeyoung la tomó de la muñeca—Tu no te vas a ningún lado y mucho menos con él.—Cierto, ya no eran nada, pero no iba a permitir que se fuera con un desconocido estando ebria.

—¡Suéltame! ¡No me toques!—Y de nuevo Mina se zafó de su agarre—¡A ti no debería importarte lo que yo haga, total a la que le pondré los cuernos es a Nayeon no a ti!—Escupió—Porque tu y yo no somos nada, ¿o si Chaeyoung?—Preguntó muy cerca de su rostro, mirandola directo a los ojos. Otra vez ese doloroso recordatorio.

—N-No.—Pronunció aquella cruel verdad después de unos segundos provocando que Mina desviara la mirada hacia otro lugar que no fueran esos oscuros ojos que en ese instante desbordaron tristeza y puro dolor—Ya no somos nada, pe-pero...—

—Pero nada. Ya lo dijiste, ya no somos nada.—La miró de vuelta por un segundo nada mas.—Ve, regresa con la rubia. Ella debe estar esperándote.—Finalizó pasando a su lado llevándose consigo al hombre que claramente estaba ansioso por estar con ella a solas.

—¿La vas a dejar ir con ese tipo, Chaeyoung?—Cuestionó Momo a su lado.

—Ella y yo no somos nada, Momo.—El barandal sostuvo con fuerza—Mina puede hacer lo que se le venga en gana.—Pronunció tragándose el nudo que en su garganta se formó. Definitivamente nunca debió llevarla a ese crucero. Solo estaba logrando lastimarse más a si misma.

7 Días (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora