Forget me not² 🌷 YoonMin

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¿He dicho alguna vez cuánto me gusta hacer referencia a otras de mis historias? ¿Sí? ¿No?

Lo siento por adelantado.

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No fue hasta que llegó a Daegu, que JiMin empezó a plantearse salir fuera de Corea, tal vez el lugar que estaba buscando, aquel que ansiaba su corazón, se encontraba más allá de este pequeño país. Tal vez en Japón, o tal vez podría irse a Europa, donde Kimana le había dicho que las personas eran más abiertas de mente y no te juzgaban por ser como eras.

Sí... Tal vez Daegu sería la última ciudad que visitaría en Corea, luego empezaría a buscar un nuevo destino, muy lejos del país en el que había nacido y vivido toda su vida.

Sin embargo, la misma sensación comenzó a gestarse en su pecho, las molestias y el discomfort, y finalmente JiMin lo comprendió.

El problema no era con las ciudades o los pueblos que visitaba, no eran sus habitantes, ni las comidas ni el ambiente. El problema era él.

Era el odio que tenía contenido en su pecho. JiMin se sentía perdido y vacío. A pesar de que quería negarlo, se dio cuenta de que ya no podía hacerlo más. Él y su lobo odiaban a TaeHyung, y se odiaban a ellos mismos. Odiaban al alfa que había preferido a su hermano antes que a él, se suponía que era el destinado de JiMin, suyo y solo suyo. Y por ello no podía evitar aborrecerse aún más.

Incapaz de sentirse feliz por ellos e incapaz de continuar viviendo atrapado en la pesadilla que se había vuelto su mente. ¿Por qué él y no yo? ¿Qué tenía su gemelo que no tuviera él?

JiMin sentía las lágrimas picar en sus ojos, rabiosas, amenazando con desbordarse.

El omega había abandonado su hogar con la esperanza de que sus recuerdos, memorias y corazón se quedaran allí, pero ahora más que nunca pesaban en su alma, la soledad rasgando en su pecho. ¿De que le había servido dejar todo atrás? Aun cuando su corazón estaba allí con ellos, el vacío en su pecho continuaba creciendo.

Nunca había estado solo, pero al mismo tiempo sí. Había amado con todo su corazón a la persona con la que compartía sangre. Hubiera renunciado a todo por él, por su felicidad. Sólo le necesitaba a él, pero, ¿Había hecho algo por él? ¿Había curado sus heridas cuándo más lo necesitó? No, TaeHyung sólo había tomado y tomado y jamás le había devuelto un mínimo de ese amor.

JiMin se frotó los ojos y no pudo evitar maldecir a su hermano una vez más, ni siquiera se había dignado a escucharlo cuando le dijo que JungKook era su pareja, simplemente fue y lo reclamó para sí. Rompiendo la promesa que le había hecho a JiMin. ¿Que iba a apoyarlo siempre? Una carcajada seca murió en sus labios, menuda basura.

Odiaba a JungKook, aborrecía a TaeHyung y JiMin se detestaba a sí mismo por haber sido tan ingenuo.

En ese momento, perdido en la ira de sus pensamientos, JiMin no se dio cuenta de donde se encontraba.

Cuando vio los faros del coche ya fue demasiado tarde. El dolor intenso corrió libre por su cuerpo y le hizo perder la consciencia.

Sí... tal vez lo mejor era esto.

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*Huye deprisa antes de que le tiren un ladrillo*