Against Love

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La noche fue larga para El Salvador entre pensamiento y pupilas pérdidas en el techo de la cabaña a oscuras, su gato no se acerco a el, no por que no quisiera compartir su dolor pero caer en las lagrimas de plata de El Salvador era doloroso, tanto que te volvías plata si tocaba tu piel; pero eso no importaba en realidad ya que los párpados de El Salvador se quedaron secos en un punto de la noche y fue cuando pudo adentrarse entre sus sabanas buscando el calor y el cobijo de algo, no le importaba lo que fuera en ese momento, se conformaba con cualquiera que le diera su apoyo para no dejarle caer de nuevo pero nadie se acerco, nadie llego, ni siquiera su gato. El ambiente en la cabaña era frío y silencioso, ni siquiera los insectos ofrecieron su canción esa noche penando por su tierra prefirieron guardar silencio.

El sueño cayo sobre el pulgarcito, con su corazón apretujado quedo dormido en la madrugada de ese día. Dejo que el sueño le consolara.

La mañana no mejoró su animo, el bello amanecer con sus bellos contrastes purpuras, anaranjados y rosas entre las nubes, el corrido del agua proveniente del rio, el dulce aroma de la mañana junto al rocío, nada de eso animo a El Salvador. Salió de entre las sabanas, camino por su cabaña en busca de su gato para darle el desayuno y desayunar de paso el también. Ambos se encontraban ya con su respectivo desayuno, su gato comía animado su paté de pavo mientras El Salvador bebía una café en una taza; con decoraciones nacionales, junto a una semita mieluda.

El aroma del café era tan tranquilizador, ayudaba a que sus pensamientos no se perdieran en el pasado, trato de tener pensamientos positivos sus amigos estaban ahí, China y Japón lo animarían con su compañía y eso le hizo sonreír, su amigo Japón siempre le hace sentir mejor aun cuando tuvieron que interrumpir su relación jamás se sintió abandonado por que siempre supo que el asiático estaría para el y ahora que es amigo de China es mucho mejor, ambos países le cuentan historias, hablan sobre su cultura y eso fascinaba a El Salvador.
Bebiendo el ultimo trago de su café decidió que no valía la pena seguir lamentándose, con una mejor energía tomo su toalla y su ropa para tomar un baño en el río, antes de salir beso la cabeza de su gato que se quedo dormido en la cama luego del desayuno.

Empezó su camino con una sonrisa e incluso tarareaba una canción dando sus pasos en la vereda, al llegar retiro toda su ropa de su cuerpo, sus piernas azules se preparando para lanzarse al agua y así fue, sus manos blancas se sumergieron primero dando entrada a todo su cuerpo en el agua; para El Salvador fue como quitarse un peso de encima, se sintió bien, se sintió liberado. Siguió lavando su cuerpo en el agua cálida sin preocuparse y tan concentrado estaba en echar música agua a sus hombros que no se dio cuenta cuando alguien más entro al agua, el otro se acerco al pulgarcito discretamente por la espalda.
Cuando El Salvador iba a volver a sumergirse en el agua una mano cayo en su hombro, todo su cuerpo se crispo y volteó para ver quien era, se encontró con quien menos se esperaba encontrar en ese lugar.

Una risa se escucho de voz gruesa salió de ese país.

-Hola El Salvador.-hablo riendo aun, se acerco de nuevo al país centroamericano ya que se alejo por temor de recibir un golpe por el contrario.-Es lindo verte por la mañana.

El Salvador miraba al alemán como si tuviera otra cabeza.

-¿Qué haces aquí?-pregunto confundido aun mirando al chico.

-Bueno...-dijo dejando de sonreír.-Estamos dando una vuelta por aquí y... lo siento creó que este es tu lugar privado.

Al escuchar sus palabras El Salvador se dio cuenta que los demás países visitantes están por ahí seguramente pero una palabra hizo eco en la mente de el pequeño país, "privado", si era su lugar privado ya que tomaba sus baños ahí todos los días por lo que recordó que estaba totalmente desnudo. Rápidamente cubrió sus partes intimas mirando avergonzado a Alemania quien entendió lo que pasaba y se giro hacía otro lado para no ver al guanaco.