Against Love

3

La noche cayo sobre el pequeño país, las luces que emite la cuidad se podían ver a lo lejos. Ahí estaba Salvador con una mano en su quijada recargado en el marco de una de las tantas ventanas que poseía la cabaña, recordando las noches en que caminaba con prisa al apartamento de bajo recurso en el que vivía. Las luces parpadeantes y los gritos junto al reggaetón de sus vecinos, todo un infierno, pero ahora en su pequeña cabaña en el bosque podía escuchar el canto del grillo y otros animales silvestres que habitan la zona en el horario nocturno. Hay paz en el ambiente y El Salvador se siente pleno, por primera vez en su corta vida.

Suspirar, iluminado su rostro por la luz indirecta de la luna. Su gato ronroneando alrededor de sus piernas. Sus ojos se mantenían cerrados disfrutando del concierto nocturno, sus iris grises denotaban su felicidad en su brillar.
El día fue pesado pero pudo verle en las pequeñas reuniones, tomando un café y discutiendo sobre el rumbo del país. Ciertamente Salvador jamás se sintió así con ningún otros, solo con Gobierno de El Salvador; tras tantas decepciones amorosas El Salvador sabe que no vale la pena enamorarse de partidos, países de su misma región o algún otro país en concreto. Su mente solo tenia un objetivo y era sacar a su país a flote, mantenerlo y quien sabe algún día ser un país importante. La sonrisa en su rostro demostraba la tranquilad de sus pensamientos hasta que esos ojos grises pasaron fugazmente haciendo tomar una mueca de frustración. Esos ojos grises pertenecientes a Gobierno de El Salvador ponían a prueba su acto de seriedad, hace unos meses noto que su corazón se acelera cada que piensa en el, El Salvador sabia lo que eso significaba. Estaba formando sentimientos por ese ministerio, cosa que no era buena después todas las experiencias desastrosas en su corta vida.

Suspiro nuevamente preguntándose que hacer sobre esos pensamientos y sentimientos, el no era bueno para ocultar sus emociones sabia que era cuestión de tiempo para que el otro se diera cuenta de sus sentimientos amorosos a su persona.

-¿Que hacer Michi?-le pregunto a su gato que solo lo miraba, Salvador poso su mano en la cabeza del felino-No puedo dejar que ministerio se de cuenta que me estoy enculando de el. Seria un desastre. Para el, para mi pueblo... para mi.-dejo caer su cabeza a lo que el felino se acerco restregando su cuerpo en los cabellos azules mar del país..-No puedo permitir que estos sentimientos crezcan. El esta haciendo tanto por nosotros, Michi. No merece que yo vaya y le diga "oye wachito morrito bonito, me gustas"

-Así que Salvador esta enamorado.-hablo una voz justo debajo la ventana. Esos ojos grises observaban al joven.

Salvador por su parte se escondió de inmediato al escuchar la voz. Sabia quien era y ahora su corazón va a mil por hora o por segundos en este caso.

-Michi, me escucho.-hablo afligido.-¿Ahora que hago?.

El felino solo le miro aburrido y se fue dejando a su dueño en preocupación.

-El Salvador.-

-¿Mande?-respondió el país aun en cuclillas en el suelo.

-¿Puedes abrir la puerta? Necesito hablar contigo.-dijo el otro con un tono suave y calmado.

-Ya voy.-Salvador se levanto y camino con duda a la puerta. Soltó el aire retenido en sus pulmones, abrió la puerta.

Ahí estaba de pie el ministerio que le tenia bobito. El otro sonrió, pidiendo permiso para entrar a lo que Salvador no se negó y le dio el paso.

-Esta muy oscuro aquí.-observo ministerio de gobierno.-¿Te gusta la oscuridad?.

Salvador estaba sonrojado, tenerlo ahí en la noche era algo normal pero esa noche la luz de la luna entraba por la ventana e iluminaba el rostro de su amor oculto, se ve tan hermoso, bello.