Capitulo 12. Confesiones a media noche

153 14 3
                                    


Jotaro agarró a Josuke de las caderas, de manera que las piernas quedaran apoyadas en sus hombros. El chico del extravagante peinado ya se estaba acostumbrado a que el hombre le metiera su hombría, de hecho, deseaba aquel momento más que ningún otro.

Sólo que de ninguna forma se lo comentaba al mayor. Eso, según su pensar, lo haría quedar como un adolescente encendido por las hormonas. Josuke a pesar de su edad, quería ya ser tratado como adulto y que el hombre lo tomara en serio. Adolescente típico.

El pene de su sobrino se amoldaba de manera casi perfecta entre sus carnes y seguidamente, Higashitaka soltaba unos dulces quejidos que hacían que Jotaro adquiriera un enorme deseo de embestirlo con todas sus fuerzas.

Era en aquel maravilloso instante en que lo bueno sólo podía mejorar...

- ¡Star Platinum!

- ¡Ah!... Jotaro... san... - Aquello era lo que más le gustaba - ¡Sí! ¡Increíble!... ¡¡Rómpeme!!

Cuando Kujo invocaba a Star Platinum, su potencia sexual era tal, que Josuke únicamente era capaz de dar la talla de tener sexo con el ojiverde, cuando él también invocaba a su Stand.

Al principio al menor le parecía todo aquello sumamente raro, de hecho, le daba vergüenza el que utilizaran sus esencias espirituales para los actos amatorios – cuando, por lo general los utilizaban exclusivamente para las batallas -. Pero era tan intenso el placer, que terminó volviéndose adictivo a él, tanto, que cuando no los invocaban, sentía que faltaba algo.

- ¿Qué ha pasado?

Preguntó el chicuelo, después de haber hecho el amor "normal", al estilo misionero y sin el uso de los Stand.

- Estoy cansado. Hoy he estado muy ocupado – Kujo le dio una bocanada a su cigarrillo.

- ¿Cómo? ¿Ya estás tan viejo que un poco de agotamiento físico te extenúa? – Se burló, recostándose de lado, admirando de paso el cuerpo desnudo del otro – Yo puedo estar todo el día en el cole, ir a las actividades del club, jugar un partido de baloncesto e invocar a mi Stand al final del día, sin problemas – Dijo, tratando de hacerlo molestar.

- Que bien que tengas toda esa energía – Soltó el humo, con los ojos cerrados.

- ¿Sólo eso dices? – Josuke se oía enfadado. Le molestaba que no le siguiera la corriente y que de paso, mencionara aquello con un tono indiferente.

- ¿Qué acaso no te gustó? – Fue directo.

- ... - Higashitaka se sonrojó – Pues si... pero...

- ¿Pero 'qué'? – Pronunció, marcadamente.

- ...Que es diferente – Murmuró, desviando la mirada. El verde era demasiado intimidante.

- ¿"Qué" es diferente Josuke? – Quería que fuera específico. Detestaba que anduviera con rodeos.

- ¡Tsk! – Chistó y con la cara totalmente enrojecida, exclamó, sin medir sus palabras: - ¡Cuando invocas a Star Platinum! ¡Es diferente el sexo cuando lo utilizas!

Hubo un breve silencio que pareció eterno para el menor, quien llegó a creer que estaba bajo los efectos de The World, puesto que el mayor lo miraba inquisitivamente sin decir una palabra. Se sintió avergonzado y arrepentido de haber mencionado aquello, pero ya no había marcha atrás.

- O sea que te gusta más cuando utilizo mi Stand.

- ... - Deseaba con todo su corazón, que Shining Diamond tuviera la facultad de abrir un agujero a otra dimensión para arrojarse de cabeza y desaparecer en él para siempre.

Mi pequeño gran amor (Jojo fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora