#04: El festival

505 70 46
                                    


...

Pasan dos semanas desde el encuentro de Gabi y Falco, pero en realidad son dos semanas desde que conoce a Mikasa y en las que se la ha encontrado casualmente en varios sitios.

Es sábado denuevo, hace cuatro horas las nubes taparon el cielo y hace dos que no ha dejado de llover. Gabi está en su habitación, Levi no sabe que está haciendo, pero supone que puede ser completar tareas, entretenerse con su tablet o mirar por la ventana inventando conversaciones de parejas o personas que están hablando en la calle. Erwin lo vuelve a visitar después de dejar a Marie, su esposa, en la casa de una de sus amigas.

Cómo hace dos semanas, Levi está regando la misma planta de singonio cuando Erwin le habla.

—Cuentame sobre esa mujer.— dice Erwin cuando termina de beber de su vaso. Levi se muestra confundido cuando se gira a verlo.

—¿Qué mujer?— pregunta el hombre de baja estatura.

—La que cuida del amigo de Gabi.

—¿Qué querés que diga? No tengo mucho que decir, es casi parecida a mi.

—¿Alguien parecido a ti? ¿Osea que es una vieja malhumorada callada y gruñona que cuida plantas y es obsesionada con la limpieza y el té negro?— Levi lo golpea con una revista en la cabeza. Erwin se queja mientras se soba donde lo golpearon.—. Eso dolió.

—Quita todo lo demás y quédate solo con lo de callada.— responde y se sienta en el sofá, lanzando la revista en la mesa—. Lo agradezco, nunca supe que se supone que debe hablarse con extraños. Más si son una década menores que yo.

Erwin iba a hablar, pero el sonido de una puerta abrirse y los pasos provenientes del pasillo de las habitaciones lo interrumpieron e hicieron que mirase con curiosidad hacia dicha dirección. Levi se voltea cuando la provocante de los sonidos, Gabi, está atrás de él, con una maceta que contiene una planta de Crossandra y una expresión de pena.

—Mi planta está triste.— murmura. Levi agarra la maceta y examina la planta mientras se vuelve a parar.

—Te dije que la regaras.— recrimina, caminando hacia el mismo mueble donde estaba la singonio.

—¡Lo hice! ¡Y yo no miento!— exclama Gabi al seguirlo. —¿Se puede recuperar?

—Sí, yo me encargaré por ahora. Ve a tu cuarto— el azabache despeina un poco los cabellos de su hija y ella sonríe en alivio, se da la vuelta y regresa a su habitación. Cuando escucha la puerta cerrarse, Levi vuelve a hablar. —¿Qué ibas a decir, Erwin?

Pero no recibe respuesta, a lo que se voltea y ve la expresión que usa Erwin cuando espera algo de otro, levantando las grandes cejas y mirando fijamente al que le habla.

—¿Qué es esa cara de diarrea?— pregunta frunciendo el ceño.

—Cuenta más de ella.

—¿De quién?— Levi se hace el desentendido.

—De esa mujer que te dije.

—¿Qué más querés que te cuente? La conozco hace solo dos semanas.

—Puedes notar algunas cosas en dos semanas.— comenta el rubio mientras vuelve a tomar la bebida de su vaso.

—Ew. Psicópata. Llamaré a la policía.

—Vamos, háblame de ella.— insistió Erwin.

Levi lo conoce. Parecerá tranquilo y sereno pero tiene la misma sed de conocimiento y chismes que Hange sobre él. Ninguno de los dos pararía hasta que le saquen al menos una palabra sobre lo que quieren saber. Por lo que se rinde, suspira.

Inmarcesible | Levi x Mikasa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora