CAPÍTULO 11

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Ingfah recibe su certificado de estudios de manos de la Madre Superiora y sonríe bien grande para la foto, ahí de pie en el podio vistiendo su uniforme azul marino con corbatín rojo perfectamente anudado al cuello.

Ohm le saluda sonriente y orgulloso desde su asiento en la tribuna, llamando la atención de su hija lejos de la cámara de Ticha, quien poco más se lanza las cuatro filas que los separan del suelo solo para captar el mejor ángulo de su nieta.

-Mírala Ohm, está tan hermosa. -la abuela continúa presionando el botón de la cámara, con una enorme sonrisa en el rostro. A su lado, Ohm asiente en silencio, con el pecho lleno de orgullo al ver a su pequeña llegar a su primer gran logro: Su graduación de Kinder.

Sin más que hacer en la institución y después de tomar la carpeta con los documentos de su hija, Ohm toma de la mano a Ingfah y avanzan hasta el estacionamiento, donde Ticha espera dentro de la Van de Bank.

-¿Podemos comer pizza?

-Sip.

-¿Y helado? -pregunta, con los ojitos hacia arriba buscando la mirada de aprobación de su padre.

-De chocolate.

Ingfah juega a brincar en los mosaicos azules esquivando los blancos, de mano de su padre mientras llegan al estacionamiento. Ohm se afloja un poco la corbata con la mano libre, vigilando que la menor no de un mal paso y tropiece.

-Vamos, se hace tarde! -Ticha los llama desde el asiento del copiloto, moviendo frenéticamente una mano de adelante a atrás.

Ingfah sale disparada de mano de su padre, corriendo sobre sus pequeños zapatos negros hasta la van. Ohm la observa con los ojos aguados, y el corazón estrujado preguntándose, ¿Cuando creció tanto su bebé?

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Dos meses después.

-¡Cuidado, Ohm! -Entre risas torpes, el menor se disculpa con Bank, a quien casi hace tropezar con una bandeja llena de comida rumbo al comedor principal. La mujer le da un pequeño puntapié, sin tocarlo siquiera y Ohm corre por su vida escondiéndose detrás de la barra de la cocina.
Su madre arregla por novena vez las flores en la mesa, moviéndose al rededor con insistentes pasitos, mientras Ingfah acomoda los cubiertos en los asientos.

Hace una semana que mudó su primer diente y el mismo día le dio una fiebre terrible por jugar en la lluvia; de todo aquello sucedieron dos cosas importantes: tiene un hueco entre los dientes que silba cuando pronuncia la "s" y creció por lo menos tres centímetros.

"Es normal cariño, los niños crecen cuando les da fiebre" dijo su madre al verlo claramente consternado de cómo su hija de seis años de pronto había llegado a la altura de 1.25cm sin aviso previo. El pediatra le tomó medidas y la niña marcó el cuello de la jirafa en la pared.
¡El cuello!
No podía estar creciendo tan rápido, si apenas dos meses antes salió del Kinder, si todavía faltaban dos días para que entrara a la primaria.
¡Debía dejar de crecer así!

-¿Qué te preocupa? -un beso es depositado en su mejilla y las finas manos de Fluke rodean su pecho, entrelazados sus dedos como un suave un cinturón al rededor de Ohm.
- Llevas mucho tiempo mirando al vacío. -Ohm espabila, escuchando a su novio a su espalda y sintiendo su abrazo consolador. Deja ir la cabeza hacia atrás, encontrando la naricita de Fluke entre su cabello y una risa tonta los ataca a ambos.

-Pienso en In, cada día está más grande... Parece que ayer fue cuando la vestimos de Hanbok para la feria. -Fluke asiente, con la barbilla sobre el hombro del más alto, escuchando el pesado suspiro de Ohm.

Un Novio Para Papá - ADAPTACIÓN OHMFLUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora