Las clases habían comenzado y aunque el tiempo que había transcurrido desde mis estudios en el instituto era mucho; mis manos se alzaban como si jamás hubiera soltado el pincel o el carboncillo.
Cada técnica aprendida era reconfortante, cada lienzo hecho era como un pequeño logro que veía imposible de realizar y me llenaba de orgullo decir esa obra de arte fue hecha por mi.
Las felicitaciones llegaban cada vez que culminaba un lienzo, mi pequeña hermana hacia su esfuerzo por estar en la academia aunque ese no era su elemento y agradecía muy profundamente su apoyo y me puse a pensar en lo egoísta que estaba haciendo con tenerla ahí.
Había conocido muchas personas a lo largo del tiempo que estábamos en clases; jóvenes, adultos y aunque trataba de ser más sociable las palabras de Edmund sobre mi durante todos estos años se mantenía latente en mi mente ; impidiendome ser yo misma sin ser este disfraz.
Años y años adoptando este papel que para mí se había hecho habitual.
¿Cómo dejas de ser un disfraz cuando por años jamás haz Sido capaz de dejarlo?
Y aunque quería dejarlo con todas mi fuerzas no podía porque cuando está epifanía terminaba y regresaba a la realidad de mi casa estaba me golpeaba tan fuerte recordándome lo fracasada que soy.
Las palabras de Edmund se volvieron cada vez más frecuentes, la decepción de saber que mi hijo mayor era una copia de la personalidad de su padre me hundía cada vez más en este pozo en el cual no me dejaba emerger completamente.
Y cada día al volver a la academia me negaba a escuchar a esa voz que me gritaba muy fuerte...¡ ERES UNA MENTIRA! ¿NO VEZ LA RIDÍCULES QUE ESTAS HACIENDO AQUI? ¡¿PORQUE SIGUES HACIENDO ESTO SI ERES UNA COMPLETA FRACASADA?! ¿ PORQUE TE EMPEÑAS EN HACER ESTAS PORQUERÍAS QUE NO TE LLEVARAN A NADA? ¿ES QUE ACASO NO TE CANSAS DE DAR LASTIMA DE TI MISMA?
Y era hay cuando Monique y Agrado me daban aliento para seguir...
¡Arturo o Agrado! como se hacía llamar cuando comenzamos las clases era un chico gay de cabellos de colores pasteles lleno de energía con una personalidad única que poco a poco se acercó a mi.
Debo decir que cuando nos presentamos ese día ante todos su presentación fue epica aún me causa gracia cada vez que la evocó en mi mente.
- Hola a todos!
Mi nombre es Arturo aunque prefiero que me lllamen Agrado porque toda mi vida he intentado agradarle a los demás! Asi que cuando fui consiente de ese insulso nombre...reuní a mis padres y les dije ¿Es enserio? ¿En que rayos estaban pensando cuando decidieron ese nombre? De millones y millones de nombre que pudieron elegir y ustedes me ponen un Arturo! ¡Arturo!>>Voy a sufrir de bullying a mi corta vida por Dios! Y así fue - Dijo soltando un dramático suspiro frustrado.
>> Mi fabulosa personalidad no encajaba con ese nombre así que empecé a llamarme Agrado!
Y así fue cuando todos entendimos porque insistía en llamarse Agrado no había nadie que no caía por su maravillosa persona incluyendo me.
Pronto tendríamos una exposición en una pequeña galería para mostrar nuestras obras.
Mi ansiedad era tanta que las semanas previas a la exposición me ponían en evidencia con Edmund.
Sabía que algo me ocurría pero jamás omití nada.
Monique me sorprendió una tarde al ver lo que había hecho para mí en su departamento.
Una habitación completa con lienzos blancos, estantes llenos de pinturas mientras el caballete me daba perfectamente a la vista de la ciudad.
Ese día fue como un regalo de navidad adelantado.
Hay podía ser yo misma sin llenar ninguna de las máscaras que había adquirido durante todos esos años...
Solo contaba con 90 minutos !
90 minutos que me hacían sentir libre de mis propias cadenas.
Esas cadenas que se fueron inflitrando cada vez más profundo en mi alma.
Suelto un suspiro frustrado y no es por la clase es porque la noche anterior Edmund había envenenado mi mente y aquí estaba sintiendome una vez más destrozada.
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No Huyas de Mi
Short Story90 minutos... Ni un minuto más ni uno menos.! Cuando el reloj marca el inicio de esos 90 minutos y se cierra la puerta, dejó todo atrás y soy realmente felíz entre sus brazos... 90 minutos es el tiempo para ser realmente yo, sin sonrisas falsas ni...