ᴍʏ ᴇᴠᴇʀʏᴛʜɪɴɢ. Edward Cullen //pausada//

𝒟𝑜𝓈

A Olivia se le hizo una rutina durante una semana, ir a la escuela, volver, comer e ir a caminar al bosque.

Esa tarde mientras caminaba en el bosque escuchó ruidos en las copas de algunos árboles cercanos, de la nada cayó una chica pelirroja de uno de ellos. Sus ojos eran completamente rojos y tenía la piel muy blanca, Olivia supo que aquella no era una persona normal.

Se quedó viéndola unos segundos hasta que Victoria empezó a acercarse  lentamente mientras ella retrocedía.
De un movimiento la tomó del brazo para luego jalarle el pelo haciendo que cayera de espaldas y se golpeara la cabeza. Olivia se sentía demasiado aturdida para decir o hacer algo así que simplemente empezó a darle patadas cuando la vampiresa se acercó a ella. Pero Victoria paro cuando escuchó el ruido de alguien acercándose a gran velocidad, volteó hacia atrás y vio a la manada de lobos que se acercaba así que soltó el cuerpo de Olivia y se fue corriendo mientras los lobos iban tras de ella, todos menos uno.
El lobo se acercó a ella pero Olivia no se sintió aterrada, acercó su mano al lobo cuando este fue acercando la cabeza hacia la joven olfateándola un poco. El lobo la movió un poco y ella sintió su cabeza arder cuando la toco pudo sentir la sangre que había empezado a salir y eso fue lo último que pudo hacer antes de desmayarse.

Cuando despertó vio a su alrededor y ya no estaba en el bosque estaba en lo que parecía un hospital.

—Veo que despertaste—se acercó un doctor—Soy Carlisle Cullen, ¿Como te sientes?—

—Bien, ¿Que me pasó?—

—Un joven te encontró en el bosque desmayada y con sangre en la cabeza así que te trago aquí, ¿no recuerdas que te pasó?—

—No, creo que me caí mientras caminaba—Olivia mentía.

Si recordaba lo que le había pasado pero  si le decía la verdad a aquel doctor la internaría en el hospital psiquiátrico.

—Bien, tus padres están afuera les diré que pasen—Carlisle salió y un momento después entraron sus padres.

—¿Estas bien?¿Que te pasó?—Sirius se acercó a ella.

—Nos llamaron diciendo que estabas en el hospital—

—Me pasó algo en el bosque pero mejor les cuanto en la casa—

—Pero estas bien ¿verdad?—

—Si papá, ¿Quien fue el que me encontró?—

—Un chico de 15 años, se llama Seth Clearwater—respondió Remus.

La chica se quedó pensando, el lobo que la había encontrado parecía ser  joven pero era imposible que aquel chico fuera un lobo.

La familia Cullen se encontraba en la sala de su casa junto a Jacob, Bella y Seth.

—Victoria fue quien atacó a esa chica en el bosque—

—Ella dice recordar que se cayo, Jacob—

—Pero ella estaba consiente cuando me acerque—informe Seth.

—Entonces miente—

—Rosalie no sabemos si el golpe le afectó haciendo que lo olvidara—

—O tal vez tiene miedo—intervino Bella—Tal vez piensa que si dice la verdad no le creerán—

—Puede ser—

—Tenemos que irnos—Jacob se levantó—Los mantendremos informados—

Se despidieron y solo quedaron los vampiros.

—¿Alice has visto algo?—

—Esa chica, creo que es importante —

—¿importante?—

—La veo hablando con los Vulturi—

—La próxima semana le quito las puntadas, veré si puedo hacer que me diga algo—

Mientras tanto Olivia le contaba a sus padres lo que había visto.

—Creí que este pueblo sería seguro—Sirius de levantó de su lugar—De ahora en adelante después de la escuela vendrás aquí y ya lo saldrás al bosque—

—¿Por qué? ¿Que era esa cosa?—

—Debe ser un vampiro, pero no de los del mundo mágico—

—¿Qué quieres decir?—

—En el mundo muggle también hay seres extraños, son parecidos a los del mundo mágico pero no se mucho sobre ellos—

El lunes no tardo en llegar, Olivia llego a la escuela y pudo escuchar que uno que otro cuchicheaba sobre lo que le había pasado, era un pueblo pequeño y los rumores pasaban rápido.

Algunos decían que solo se había caído, otros que sus padres la golpeaban y algunos decían que un animal en el bosque la había atacado.
Casi aciertan con lo último solo que no fue un animal fue un vampiro pero como nadie iba a creerle solo había dicho a los curiosos que no podían con el misterio que se había caído.

Le pareció una total falta de respeto que los que hablaban de ella lo hacían sin ninguna vergüenza.
Por lo que a la hora del almuerzo no quiso estar en la cafetería y decidió irse a sentar en un árbol del patio donde casi nunca había nadie.

Saco un sándwich que se había hecho y su libro de pociones que llevaba siempre escondido ya que nadie podía verla y empezó a leer mientras comía.

—Deberías dejar de ir al bosque—