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Yoongi se había quedado en casa mientras el resto trataba de hacer frente a su nueva situación.

¿Se arrepentía? 

No, en definitiva, no.

¿Se sentía culpable?

Para nada... o, bueno, tal vez un poquito.

Ver a Tae derrumbarse entre sus brazos le había partido el alma. Él no quería que su eterno amor platónico sufriera las consecuencias de los actos de los demás.

Pero él había calculado mal las cosas que incluso aquel hechizo lo envolvió.

Decidido a remediar su error, y satisfecho de darles un día difícil a sus compañeros, decidió ponerse a estudiar los grimorios, si había un hechizo que los había hecho cambiar tendría que haber uno que lo anulara.

Debía ser simple encontrar una respuesta.

Así que se vistió sólo con una camiseta blanca que le llegaba hasta los muslos y un boxer negro, por mucho  que le gustará su desnudez, no le apetecía imaginar su culo desnudo transformándose a cada paso. Porque si, para concentrarse en lo que leía, tenía que andar de un lado a otro y de ley tendría que cruzar la sala. Le causaba repelús imaginarse a sus bolas yendo y viniendo sin control y al aire libre.

De todos él era quien más tranquilo se veía, nadie podría haberse dado cuenta luego del alboroto que se armó apenas despertaron, pero para él no era tan grave. Siempre sintió curiosidad de saber cómo sería él siendo una chica y ahora tenía la oportunidad de vivirlo, no de la forma en que quería ni bajo las condiciones que esperaba pero, bueno, lo estaba viviendo.

Así que decidió no pensar más en el asunto y aprovechó su tiempo de soledad para ponerse manos a la obra.

Pero por más que leía y leía cada uno de los grimorios, no parecía haber alguna respuesta.

Fue a su habitación dispuesto a tomar una siesta para relajarse, no importaba si ahora dormía o si pasaba la vida en vela, nada le aseguraba tener respuestas inmediatas.

*

 Paso alrededor de una hora de sueño cuando sintió el peso de un cuerpo caer encima suyo, se sobresaltó ante aquel asalto y sintió su corazón latir con fuerza pero mas se alteró a ver a quien le había asaltado

- ¿Tae? ¿Pequeño? ¿Estas bien? ¿Qué sucede? - pregunto al ver el cuerpo del más alto temblar sobre el suyo.

No tenía ni una idea de lo que pudo haber ocurrido, hacía un par de horas o poco más, Tae había salido con Jimin para llevarlo a su centro de ensayos, quedaba algo retirado de su hogar por lo que esperaba que este tardara en llegar.

 - Esto es una mierda Yoonie - dijo en voz baja tratando de controlar su llanto. Era muy extraño verlo llorar, siempre se mantenía serio e imperturbable pero todo parecía indicar que su nueva imagen le permitía liberarse y desahogarse.

- ¿Qué sucedió? ¿Peleaste con Jimin?

- Si, también eso pasó.

- Cuéntame - Yoongi se acomodo sentado sobre la cama con la espalda sobre la cabecera mientras que Tae se acurrucaba entre sus piernas y sobre su voluminoso pecho.

- Esta molesto contigo por lo que nos hiciste, le dije que debe pensar en que estabas tan sobrepasado por nosotros que buscaste la forma de llamar nuestra atención pero él cree que eres un idiota.

- También yo creo que soy un idiota, ninguno de nosotros tenia porque llegar a este punto.

- No eres idiota... bueno, si, tal vez eres un poco idiota pero no por lo que crees. Creo que debiste asegurarte de lo que ibas a hacer antes de jodernos pero entiendo la parte donde querías que viviéramos los que las mujeres viven día con día para pensar mucho mejor las cosas antes de quejarnos de ellas o decirles exageradas.

¡Arregla esto, Yoongi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora