Despertando de sueños

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Documento en cuadernos pensamientos sin razón de ser, textos largos y complejos, difíciles planes jamás concluidos; cuadernos llenos hasta los espacios posteriores a los bordes, describiendo retos que a falta de energía, jamás concluí, siempre un soñador.

Mis libretas tenían poemas sobre cómo se ama a alguien fría, difícil, ruda, tierna e insegura, no como tratar con personas lindas, las mujeres bonitas y/o dulces son muerte para los poetas deprimidos.

Me evite la pena de su rechazo por mucho tiempo, viví refugiado en el iglú, aunque soy fuego.

Soy tempestad intentando dejar de crear caos, quise ser paz y no pude encontrar templo donde orar, puse cimientos firmes donde el piso era fango, todo se derrumbó, no pude conservar siquiera una torre en pie, no encuentro estabilidad, donde levante edificaciones escombros quedan.

Vivo donde no existe el "control + z", todo los fallos quedan y no puedes cambiar lo ya hecho, pero si existe la opción de continuar, mientras pueda inhalar y exhalar habrá esperanza, puedo luchar contra gigantes, resistí pequeñas heridas acumuladas, tortura infernal, puedo ser feliz mientras tenga la habilidad de sacar una sonrisa a la vida.

Tengo más pesadillas que ilusiones, siguen siendo sueños y ya es hora de despertar, levantarme y salir al mundo, de tanto sufrimiento he olvidado como ser amor, quiero abrasarte tan pronto te tenga de enfrente.

No puedo seguirme escudando detrás de inseguridades y complejos, me extraño mucho, ya no soy un esclavo del miedo, aunque extraño el frio de las cadenas, el ardor de las quemaduras de los latigazos.

Ya no debo seguir soñando despierto, debo mantenerme despierto para cumplir mis sueños, todo es un desafío para el joven guerrero, ya no soy un jovenzuelo, soy un poco mayor, a mis 24 ya reciento los excesos de depresiones, debo abstenerme de tenerlas, no puedo darme el lujo de perder el tiempo sufriendo por ellas, debo tomar la espada para partirlas, apuñalar al dolor aunque duela exponerme.

Todo un sueño del cual despierto, me veo al espejo y comprendo cuanto he perdido, estando perdido en el laberinto de pensamientos, debo retomar el control o sucumbir ante el desaliento.

Sin algo más que la vida y ganas de vivirlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora