Era enero de 1569, ese invierno fue más frio que el anterior, todo estaba congelado, hasta los lagos del norte, el ejercito de Nobunaga, marchaba junto al ejercito de Tokugawa, buscando a todos los Daimyos que querían venganza contra ellos, no encontraron nada por el momento, solo se sabe que Ryu y el monje meditaban a torso desnudo, sobre la nieve, esta técnica de meditación bastante complicada es lo que llaman fuego interno, que sirve para sobrevivir a bajas temperaturas sin necesidad de abrigo.
El monje, se había olvidado de Akechi por un tiempo, para concetrarse en la meditación y hacer la siguente reflexión -La vida humana se divide en cuatro estaciones, la infancia es la primavera donde todo es nuevo, hermoso y está creciendo, la juventud y parte de la adultez son el verano, todo ha crecido, en su máximo esplendor, hace mucho calor y también es donde todo tipo de deseos se disparan, posteriormente ha de venir el otoño, en la vida humana corresponde a la madurez, etapa de la vida en la cual ya no se tiene la misma energía de antes y comienza a disminuir lentamente, al menos ya no hace tanto calor, lo cual es bueno para adquerir sabiduría, expereincia y tomar las decisiones con calma y de forma correcta, al final del ciclo viene el invierno, etapa de mucho frío y poca vida, corresponde a la vejez, la fuerza y la energía son menores que en la madurez, pero la experiencia es aun mayor, esta ultima etapa, es meramente espiritual, hay que recapacitar y meditar mucho, pues hay que estar preparado para la otra vida, y ojalá romper el ciclo de esta-
Sabias palabras del monje, esta enseñanza ha de servir mucho para todos, que pasará después del crudo invierno, habrá venganza de los daimyos? Continuará.
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Honor y gloria del sengoku
Ficción históricaHojas de Vida Terribles manchas de sangre deja la guerra Cuando nadie se pone acuerdo pasa esto ...